El 'chikunguña' desbordado

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Nada mejor para probar la eficiencia de un sistema de salud que una epidemia. Es su prueba de fuego porque demuestra la capacidad de reacción inmediata de las instituciones de salud para responder al reto de atender simultáneamente un número inesperado de enfermos.

Si se cree en lo que viene afirmando permanentemente el Gobierno que se niega a aceptar que el sistema de salud requiere más que retoques, el país debería estar controlando el 'chikunguña', que según afirman las autoridades solo en casos excepcionales es mortal, pero sí pone en condiciones precarias a quienes afecta.

Pero resulta que los hospitales públicos de varias ciudades y municipios están colapsados y en varios departamentos y ciudades capitales de la Región Caribe se están solicitando medidas extremas de apoyo.

Simplemente están desbordados los sistemas de salud de ciudades como Cúcuta, Santa Marta y aun en Bogotá, las clínicas privadas están llenas de casos que deben atender de inmediato. La temporada de vacaciones que se concentra en climas cálidos está mostrando sus consecuencias en ciudades de clima frío como la capital de la República.

¿Qué pudo pasar? Es la pregunta que todos se hacen si el Gobierno que ha sacado decretos importantes insiste en que el sistema de salud no requiere de reformas estructurales. En que se falló debería ser su gran inquietud, sobre todo si siguen creyendo que el sistema está funcionando muy bien.

La primera conclusión obvia es que por lo menos la red hospitalaria no está preparada para eventos de esta naturaleza. Están débiles financieramente; con personal desmotivado y mal pagado. Además, que todos los días se enfrenta a las falencias de una atención en salud que tiene que acudir con demasiada frecuencia a la tutela -que no deja de ser todo un problema que demanda recursos y tiempo- cuando más se necesita, cuando los tratamientos son imprescindibles y costosos.

La segunda respuesta podría estar por el lado de la reacción del Gobierno frente a esta epidemia. ¿No se demoró innecesariamente su reacción hasta que había avanzado demasiado? ¿Se están sometiendo las respuestas estatales a los resultados de modelos econométricos que analizaron el problema pero que se olvidaron de sus impactos inmediatos sobre amplios sectores de la población? Probablemente controlar la reproducción del mosquito -única salida- no se hizo a tiempo sino que solo se reaccionó cuando la situación estaba desbordada.

Sin duda muchas explicaciones se pueden encontrar en las condiciones de vida de amplios sectores del país. Pero a estas alturas esta no es una respuesta válida porque como esto es un hecho conocido se ha debido adelantar campañas preventivas mucho más rápido y de manera más eficiente. Mejor dicho, no hay excusa posible y se debe aceptar que algo falla en el sistema de salud para que colapse ante una epidemia.

Claro que no toda la responsabilidad recae en salud sino en las políticas públicas de este país que no logran aceleradamente mejorar la situación de muchos sectores. Más aún, como el caso de viviendas gratis, esta 'exitosa política' ya está mostrando sus falencias por haber caído en la simpleza de pensar que lo único que necesita una familia es un techo, así sea un diminuto apartamento sin respuestas cercanas a las necesidades obvias de una familia por pobre que sea.

Ojalá esta nueva crisis causada por el 'chikunguña' sirva para que las autoridades reconozcan que el problema de la salud en Colombia no está resuelto y que los esfuerzos que se han hecho no son suficientes.