Año crucial para el proceso de paz

Editorial
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Luego de los anuncios hechos por el presidente de la República, Juan Manuel Santos, acerca del proceso de paz, queda en la opinión pública colombiana el temor de que esto se trate de solo promesas, cosas ya se está acostumbrado ante la guerrilla de las Farc, y a la menor oportunidad incumplen con los pactos.

Sin embargo, el contexto mundial en el que se desarrollan los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), difiere en su totalidad de otros intentos por lograr la paz que ha tenido el país con la guerrilla. El panorama mundial actual, ha cambiado, sobretodo en Latinoamérica, desde que, sin que se esperara, los Estados Unidos de América y Cuba han intentado establecer nuevamente relaciones bilaterales después de 53 años sin que hubiera diplomacia entre ellos.

Otro de los escenarios regionales es la llegada al poder de la izquierda o de los movimientos sindicalistas, en países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina, Chile, Nicaragua, México, entre otros, gracias a las elecciones populares, no por la vía de la fuerza ni de la revolución.

Estos países, bajo las políticas de "capitalismo salvaje" han logrado llegar a gobernar e implementar un nuevo socialismo en América Latina.

Un caso particular es el de México, en donde desde 1929 todos los presidentes de ese país fueron miembros del Partido Revolucionario Institucional (PRI) o sus partidos antecesores, hasta que se produjo la primera alternancia en el poder de manera pacífica en un siglo, en las elecciones federales del año 2000, cuando ganó por primera vez la oposición, ese fue Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN).

Uno de los casos más conocidos en la región es el venezolano, con Hugo Chávez Frías, quien por vía electoral se convirtió en el 47º presidente de Venezuela tras ganar los comicios de 1998 con el apoyo del Movimiento Quinta República (MVR), consolidando la llamada 'República Bolivariana de Venezuela, quien basó su proyecto de socialismo del Siglo XXI. Y el hecho más reciente de cambios en la política mundial fue la decisión histórica para las relaciones entre Washington y La Habana, cuando el presidente Barack Obama anunció un cambio de rumbo en la política hacia Cuba, que comprende el inicio de conversaciones para normalizar los vínculos diplomáticos entre ambos países.

Obama informó que había hablado telefónicamente con Raúl Castro sellando el compromiso para la excarcelación de Gross, condenado a 15 años de cárcel. Dijo Obama que la conversación se extendió por 45 minutos. El presidente estadounidense agradeció la intervención del Papa Francisco.

Solo por destacar estos tres casos, sin mencionar los cambios políticos en países como Argentina, Chile y Brasil, en los que se nota claramente los cambios de la política interna, Colombia no es ajena a las transformaciones políticas y las Farc no son distantes a los cambios que ha tenido la región gracias a lo que se conoce como el Socialismo del Siglo XXI.

Es por ello que, aunque en la Opinión Pública no deja de haber escepticismo por lo que son los Diálogos de Paz de Colombia, es importante destacar el panorama mundial para interpretar cual es el contexto mundial en que se desarrollan y como es un momento crucial para la política nacional y los intereses económicos del país, firmar una paz con los grupos guerrilleros.

El país, y no solo el Gobierno Nacional y las Farc, sino todo los colombianos, estamos en un momento trascendental para hacer la paz, que permitan unir al país y establecer criterios idóneos que permitan descubrir la identidad de colombianos.

Sin embargo, los colombianos no quieren seguir viviendo de promesas, en el Magdalena, por ejemplo, el Gobierno Nacional se llenó de muchas promesas para obtener un segundo mandato, y los magdalenense no quieren más promesas, quieren realidades.

Un avance significativo en el proceso de paz ha sido el cese al fuego por tiempo indefinido de las Farc, (que siempre lo hacen para época de fin e inicio de año). Ojalá esto no signifique para el país que la Fuerza Pública colombiana baje la guardia en la defensa de los intereses del Estado, ni represente un Estado sumiso.

Hay que establecer la paz, sin dejar de lado los intereses soberanos de Colombia y esa paz tiene que empezar desde los hogares, estableciendo lazos de unión, fraternidad y justicia, para que los niños, que son la generación de la paz, puedan vivir en un país reconciliado con su historia, en el que acepten las diferencias de sus compatriotas y donde se enseñe cultura ciudadana en el aula que permitan mirar hacia un futuro mejor y con desarrollo. Se puede llegar a firmar la paz, pero la paz no se logra con las negociaciones, es fruto del cese de hostilidades entre los mismos colombianos.