No dijeron ni mú

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Después de la tormenta viene la calma, aunque la calma de la tormenta por el secuestro del general Alzate no llega a su fin, debido al show que siempre forma la guerrilla de las Farc cuando van a devolver a la libertad a las personas que las han privado de su derecho.

En esta ocasión y con el beneplácito del gobierno nacional, volvieron a hacer de las suyas a darse un crédito que no merecían y que los colombianos estamos hartos y aburridos de ser unos espectadores sin son ni ton, en este teatro de los subversivos.

Como siempre la primicia informativa fue para el canal aliado de los secuestradores y bandidos, Telesur, que nuevamente se dio el lujo de transmitir las primeras imágenes de la liberación y del general en retiro, y pues obvio, no tenía que faltar la foto para el recuerdo de las barbaries y de los actos atroces que han cometido este grupo insurgente.

A pesar de la liberación queda un sabor agridulce, aún más después de conocer las declaraciones de los soldados secuestrados y liberados, que a pesar de informar oportunamente a las autoridades que serían traslados a Venezuela, el gobierno de Santos, como siempre, no dijo una sola palabra de advertencia, rechazo e indignación hacia el gobierno venezolano por seguir secuestrando nacionales para ser entregados en territorio venezolano, muy a pesar, que sí estuvo atento a darle de baja a un general de la República, que más hizo este acto por dignidad, ya que de antemano se sabía que le habían pedido su renuncia de las Fuerzas Militares.

Los soldados liberados por las Farc dijeron que durante su cautiverio fueron obligados a grabar un video y aseguraron que uno de sus compañeros fue ultimado con un tiro de gracia. Pero, ¿quien en el gobierno nacional se ha enterado de esto?

Narran los soldados que el día anterior a la liberación, los guerrilleros los obligaron a grabar un video y de lo que dijeran ante la cámara dependía su liberación, situación que fue expresada en la rueda de prensa en la sede del Ministerio de Defensa por el soldado Jonathan Andrés Díaz, quien junto a su compañero Paulo César Guevara fueron retenidos por las Farc, el 9 de noviembre en el noreste del país.

Díaz hizo hincapié en que "los bandidos nos dijeron que de nuestras respuestas en los videos dependía nuestra vida"; a lo que el gobierno nacional, seguro temeroso de poner en peligro el proceso de paz, no dijo nada sin importarle que la vida de los soldados de la patria, estuviera en peligro.

El militar agregó que "la meta de ellos (los guerrilleros) era sacarnos de aquí de Colombia y pasarnos a Venezuela" pero advirtió que gracias a que el Ejército bloqueó los sectores de la frontera por los que eventualmente podían ser trasladados a Venezuela se evitó ese objetivo y los guerrilleros les "dijeron que si ellos se sentían presionados nos iban a matar de todas maneras".

También dijo que un compañero suyo, en medio de un combate en el departamento de Arauca, fue muerto de un tiro de gracia. "A mí me estaban amarrando, el soldado herido se movía, se quejaba. Pues llegó el bandido, lo acabó de rematar con un disparo en la cabeza".

En tanto, el soldado Guevara comentó que unos 20 guerrilleros estuvieron siempre custodiándolos y que le decían que "mis padres estaban en Bogotá y que si los quería ver tenía que decir lo que ellos quisieran". Los dos soldados fueron entregados por las Farc a miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja.

El gobierno nacional ha sido sordo y mudo ante semejantes declaraciones y poca importancia le ha dado a esta situación, amarrado por el proceso de paz, que comienza sus rondas nuevamente el 10 de diciembre. Amanecerá y veremos.