El secuestro del General

Editorial
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Al cierre de esta nota editorial todavía seguían secuestrados el general Rubén Darío Alzate y otras dos personas que iban junto a él, los cuales fueron retenidos con el corregimiento de Las Mercedes, a 30 minutos de Quibdó, en el Chocó. Así mismo, al cierre de la edición, las Farc ya ha confirmado que tiene en su poder al general y acompañantes y que están esperando las órdenes desde La Habana para proceder.
¿Será que la guerrilla de las Farc mostrará su buena voluntad y liberarán el general Alzate y sus dos acompañantes? De ser así, ¿qué pasará con los otros militares y colombianos secuestrados en su poder?
Ante tanto desorden en el proceso de paz y las continúas agresiones, atentados y secuestros del grupo armando, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, suspendió las conversaciones de paz, lo que le ha servido para recibir el apoyo de los colombianos, de la comunidad internacional y de los países garantes y participantes del proceso. Seguramente en este porcentaje de apoyo al cese temporal de las conversaciones de paz, habrá un significativo sector que desde un principio no está de acuerdo en la forma de lo que se está negociando en La Habana. Es un dato para tener en cuenta.
El general Rubén Darío Alzate y otras dos personas fueron interceptados por hombres armados el domingo por la tarde cuando viajaban en una embarcación de alta velocidad por un remoto río en el occidente de Colombia para visitar un proyecto de energía cercano. Un cuarto soldado logró escapar e informó que los responsables son integrantes del 34 frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y se trata de la primera ocasión durante el conflicto armado que tiene medio siglo de duración que los rebeldes retienen en cautiverio a un general del Ejército. Describiendo la desaparición como "totalmente inaceptable", Santos dijo haber ordenado a los negociadores de paz del gobierno, que tenían previsto viajar el lunes a Cuba para la siguiente ronda de conversaciones, que se quedaran hasta que Alzate y las otras personas fueran liberadas, responsabilizando a las Farc de la vida y la seguridad de estas tres personas y exigiéndole que las liberen cuanto antes.
El proceso sigue teniendo sus problemas a pesar que el presidente no oye el clamor de los colombianos, pero ahora le tocó por ser un General de la República, el que está secuestrado y retenido. El inesperado suceso se produjo en medio de una frustración creciente ante la aparente negativa de la guerrilla para reducir sus ataques en las áreas que están bajo su dominio. Vale la pena referirnos a que en los últimos días, las Farc capturaron a dos soldados tras intensos combates en el nordeste del país, y fueron los responsable del asesinato de dos miembros de una tribu indígena que se enfrentaron a rebeldes que colgaban carteles a favor de las Farc, asesinos que fueron juzgados y condenados con todo el rigor de las leyes indígenas, que deberían, en este caso, servir de referente a las leyes colombianas.
Este grupo alzado en armas consideran al personal militar capturado como prisioneros de guerra, pero estas explicaciones no convencen a la inmensa mayoría de los colombianos, cansados de la violencia política.
No se sabe en qué terminará este proceso; las Farc dicen que el diálogo debe continuar ya que según para ellos sería una insensatez del gobierno la suspensión; el gobierno dice que deben liberar a todos los secuestrados, pero solamente las Farc hablan de una posible liberación del General. ¿Y de los otros retenidos qué? ¿Acaso ellos no son colombianos y como seres humanos tienen derecho de su libertad?
Habrá que esperar en qué termina todo este proceso; lo que sí queda clarísimo es que las Frac van a seguir delinquiendo, con o sin proceso de paz.