Lo que no nos cuesta…

Editorial
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Un nuevo escándalo rodea al gobierno de Venezuela ya que uno de los amigos más cercanos a la Presidencia y asesor político, el ministro de Comunas y Movimientos Sociales, Elías Jaua, en su viaje reciente en Brasil demostró los excesos y el gasto innecesario de dinero en un país arruinado por el sistema de Gobierno y dicho sea de paso, también enredó las relaciones diplomáticas con ese país.
En un régimen en donde ni siquiera hay pasajes físicos para que los venezolanos se puedan trasladar internamente en su país por vía aérea, la niñera del Ministro ha viajado por todo el mundo con gastos pagos y sueldo al día, en contraste con la realidad del hermano país, en donde los nativos y residentes tienen que ser sometidos a toda clase de restricciones en la canasta familiar, y hasta en el acceso a los compra libre de productos básicos de higiene y aseo.
Pero el escándalo de la niñera va acompañado de una fisura en la relaciones entre Brasil y Venezuela ya que el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, manifestó al encargado de negocios de Venezuela, Reinaldo Segovia, el malestar de su Gobierno por dicha visita, que se hizo sin previo aviso y en la que Jaua firmó acuerdos de cooperación con el Movimiento Sin Tierras (MST).
El malestar brasileño, considerado un aliado de Venezuela en la región, se da por la visita sin aviso como el hecho de que Jaua haya firmado dichos acuerdos hasta pudieran constituir una injerencia en asuntos internos, ya que Jaua firmó los acuerdos, cuando se supone que había viajado para acompañar a su esposa en un tratamiento médico.
Los problemas empezaron cuando Jaua llamó desde Brasil a la niñera de sus hijos para pedirle que le llevara a São Paulo una maleta con unos documentos. Anza viajó desde Caracas en un avión de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y fue detenida en el aeropuerto paulista, debido que en la maleta que le encargó el ministro estaba escondida una pistola. Qué sorpresa se llevaron las autoridades venezolanas. Además de que fue enviada en un avión especial, la niñera iba con arma abordo, lo que ha causado un tremendo lio y ha dejado en descubierto el aprovechamiento personal de ministro y amigo del presidente Nicolás Maduro.
Todo este novelón de la niñera y la pistola termina en que esta fue imputada por tráfico internacional de armas y estuvo detenida, cuando obtuvo un hábeas corpus que le permitirá responder en libertad a las acusaciones y para rematar salió en su defensa, Jaua quien afirma que fue él quien le indicó que debía retirar un arma que estaba guardada en la maleta que le encargó, pero explicó que se encontraba en un bolsillo que no llegó a revisar. Que excusa tan absurda y traida de los cabellos, para una situación que merece análisis de fondo, en un sistema en el que supuestamente la lucha del poder es por la igualdad de los derechos entre los ciudadanos.
Si en Brasil hay molestia, en Venezuela también se ha desatado un escándalo, pero por otra razón: para los venezolanos, uno de los detalles más importantes del accidentado viaje es que tanto la esposa de Jaua como la niñera viajaron a São Paulo en un avión de Pdvsa, no en un avión comercial como le tocaría a cualquier ciudadano.
¿Que diría el presidente Chávez si estuviera vivo? A finales de los noventa esta fue una práctica de la clase política anterior a la 'revolución', el uso de aviones de Pdvsa para viajes familiares y de placer, duramente criticada por el entonces candidato Hugo Chávez y se convirtió en un emblema de esa flagrante corrupción que él prometió desterrar y que al parecer, según los hechos ni las han erradicado; al contrario la siguen practicando y ahora hasta se extiende al personal de servicio de los altos mandos gubernamentales. Pero el despelote tenían que arreglarlo como fuera, aunque se volviera a conocer las arbitrariedades de los que dicen ser voceros de la revolución socialista. Ante el problema causado por la pistola en el equipaje de la niñera, el ministro publicó una carta aclaratoria en la que asegura que su esposa forma parte de su equipo de trabajo, lo cual también viola el postulado de los funcionarios de no contratar a familia cercana, y que ella enfermó repentinamente apenas iniciado el viaje, por lo que mandó a buscar a Anza para que le auxiliase con la convalecencia de su esposa y cierta documentación. Pero Jaua nunca aclaró porqué Anza llegó a Brasil en el avión de Pdvsa, como tampoco porqué nunca aclaró que su esposa ha podido ser atendida espléndidamente en Brasil, un país que sin lugar a dudas ha demostrado sus importantes avances en salud, aún más que en Venezuela.
Lo que no nos cuesta hagámoslo fiesta, pero miren a que alto costo. Al menos sirvió para que el mundo siga conociendo los desmanes de los funcionarios del gobierno venezolano. También cayó como baldado el hecho de que en la meca del socialismo del siglo XX la niñera de uno de los ministros, que se dice más austero y revolucionario, exhiba en su página de Facebook los privilegios que le ha permitido cuidar a los hijos del excanciller, como viajes a París, México, Ginebra, Madrid y Cuba. Qué envidia deben sentir las niñeras y no niñeras de Venezuela.