Todos hemos escuchado o leído sobre la víctimas en Colombia; las hay de todo tipo, desde las que han sufrido por los embates de la naturaleza, hasta las que han recibido la mano cruel e infame de los de su misma especie. Esta última, a su vez, tiene múltiples ramificaciones: terroristas de las Farc, autodefensas, bacrim, usurpadores de tierras, incluso hasta por micro guerras comerciales y sigue la larga lista.
Queremos referirnos a las víctimas de la violencia política. Resulta que nos insisten en que "hay que firmar la paz con la narco Farc porque llevamos 50 años de guerra y es mejor perdonarles todo que continuar con la situación de guerra en el país". La anterior frase será motivo de análisis en otro momento, pero por lo pronto vamos a hablar de lo que está haciendo el Gobierno nacional para determinar quiénes son víctimas en la actualidad.
Resulta que Santos decidió -asesorado por organizaciones que se han mostrado proclives a la combinación de las formas de lucha- que irían a La Habana víctimas de la narco Farc, de las autodefensas y del Estado. Sin embargo el país no ha podido entender qué hacen en esa mesa de diálogo las víctimas del Estado y las autodefensas; que utilidad práctica le representa al proceso de paz; que aporta que una persona diga que fueron violentados sus derechos por algún agente del Estado o de las temidas autodefensas.
Las víctimas de las autodefensas tienen su tratamiento en la ley de Justicia y Paz, si algún agente del Estado viola los derechos de cualquier individuo en territorio colombiano, para corregir la falta están institucionalizadas la jurisdicción penal y la Contenciosa Administrativa. Y si quien viola los Derechos Humanos es la banda guerrillera de las Farc, en el contexto del proceso de paz, deben indemnizar con la inmensa fortuna que han atesorado producto del narcotráfico, secuestro, extorsión, desplazamiento, hurtos, receptación y una interminable lista de actividades criminales.
Pero, ¿cuál es el propósito de hacer esa mezcla de los diferentes tipos u orígenes de las víctimas? Es una explicación fácil de dar: invisivilizar a las víctimas de las Farc para facilitar a 'trocha y mocha' y contra la legislación interna e internacional, el proceso de paz, con el que estamos de acuerdo y deseamos que llegue a feliz término.
Con lo que nunca estaremos de acuerdo los colombianos, es el perdón ipso facto que se le quiere dar por parte del gobierno a todos los crímenes que han cometido los bandidos y guerrilleros; no es una cuestión de legalidad, es una cuestión de justicia con las víctimas de esta banda criminal.
Debemos recordar que los guerrilleros de las Frac llevan 50 años en guerra; el primer secuestro lo hicieron en 1965 y a La Habana solo van 4 víctimas de las Farc de 12 que viajan; es decir, solo la tercera parte de los que viajan han sufrido los vejámenes del grupo criminal. Lo anterior no significa que la tercera parte de las víctimas en Colombia sean de las Farc, pues si ellas llevan 50 años violando los derechos humanos y han sobrevivido a delincuentes iguales a ellos, ('Mas', Mano Negra, 'Pepes', los carteles de la droga, Pablo Escobar, Auc y un largo etcétera), la lógica indica que la lista de víctimas debe ser interminable.
El que diseñó la estrategia de las víctimas, es calculador y perverso; calculador porque sabe que de esta manera serán muy pocas las víctimas que tendrán la oportunidad de exigir la reparación por los daños que le causaron las Farc y perverso porque nunca se tuvo en cuenta que a estos seres humanos se les debe una protección del Estado y la garantía de no repetición.