El laberinto cambiario

Editorial
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El gobierno venezolano dio otra vuelta de tuerca a su complicado sistema cambiario al poner en marcha un sistema denominado SICAD II, cuyo principal objetivo es el de subastar dólares a un precio menor que el marginal e intentar, una vez más, desactivar dicho mercado.
Tal es así que el propio presidente Maduro dijo que este nuevo mecanismo también apunta a tumbar la cotización de la "lechuga verde".
Pese a que la divisa informal retrocedió un 30% en marzo, la brecha no se acortó demasiado y el billete paralelo cotizaba en 68 bolívares a principios de abril, unas 11 veces por encima del tipo de cambio oficial de 6,3 bolívares.

El flamante sistema de subastas requiere que el interesado disponga de una cuenta en dólares, y funciona de la siguiente manera: al momento de solicitar billetes verdes, al individuo se le retienen los bolívares con los que pretende pagar la operación.
Al final de la rueda cambiaria, a los que resultaron favorecidos les llega un correo electrónico con la "buena noticia". En cambio, si la solicitud es rechazada, reciben como respuesta la libre disponibilidad de sus bolívares.
Pese al escaso lapso transcurrido desde el lanzamiento de esta plataforma, ya surgieron las primeras críticas. Así, por ejemplo, el economista José Guerra, quien fuera gerente del Banco Central de Venezuela, sostuvo que el Sicad II no está cubriendo toda la demanda, de modo que todos los que quedan afuera acuden otra vez al mercado negro.
En igual sentido, Raúl Huizzi, decano de la facultad de Economía de la Universidad de Los Andes (ULA), afirmó que este sistema no podrá satisfacer enteramente la demanda reprimida que hay de dólares, sobre todo por los atrasos de liquidación de divisas que el Gobierno tiene con varios sectores.
La influyente Federación de Cámaras Empresarias -Fedecámaras-, advirtió que este método carece de transparencia y que se deben esperar muchos días para ver acreditados los fondos en las cuentas bancarias.
A ello se suma que aún no existen precios de referencia en el mercado cambiario doméstico, por lo que éste ingresó en una especie de "limbo".
De hecho, el primer día de operaciones se convalidó un dólar 8 veces más alto que el tipo de cambio oficial, ya que cerró a 51,60 bolívares por unidad.
Este valor surge de los precios que ofrecen los distintos actores intervinientes, aunque el Banco Central de Venezuela se reserva el derecho de modificarlo, según su conveniencia. Cabe señalar que a este mercado puede acceder el sector privado, la petrolera estatal (PDVSA) y otras empresas del Estado.
El Gobierno estimó que el SICAD II equivaldrá a un 7% de las ventas de dólares para cubrir la compra de bienes no esenciales.