Iglesia condena represión

Editorial
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La cúpula de la Iglesia católica acusó al partido oficialista y al presidente Nicolás Maduro de intentar imponer en Venezuela un sistema de gobierno de corte totalitario que sería el principal

detonante de las protestas violentas que desde hace más de un mes tienen lugar en el país.
La Conferencia Episcopal Venezolana expresó que la causa principal de las protestas está en la pretensión del gobierno de imponer el llamado "Plan de la Patria" que dejó el fallecido presidente Hugo Chávez, quien comenzó a partir de 2006, un proceso de avance hacia un modelo socialista caracterizado por un fuerte control del Estado en todos los sectores.
Sostiene que detrás de este plan se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático, las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; las faltas de políticas públicas adecuadas para enfrentar la seguridad jurídica y ciudadana.
Indica que ese plan también incluye "los ataques a la producción nacional que ha conducido a que se haga necesaria la importación de toda clase de productos, la brutal represión de la disidencia política y el intento de pacificación por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física.
Los obispos lamentaron que el país haya entrado en una espiral de violencia desde que comenzaron en febrero las protestas de universitarios y opositores, esencialmente de clase media, contra la desbordada inflación -que alcanzó en febrero una tasa anualizada de 57,3%-, el desabastecimiento y un alto índice de delincuencia.
Los violentos incidentes registrados en Caracas y otras ciudades han dejado al menos 35 muertos, 559 heridos y más de 1.700 detenidos, de los cuales 168 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales.
Maduro ha desestimado las protestas considerándolas parte de un complot de la oposición para promover un golpe de Estado.
La cúpula católica exhortó a los manifestantes a seguir el camino pacífico y constitucional para expresar su descontento y exigió al gobierno que proceda a desarmar a grupos civiles, que según líderes de la oposición, son utilizados para intimidar y disolver manifestaciones.
Las autoridades han rechazado estos señalamientos y culpan a sus adversarios por las muertes.
Es difícil señalar el origen de todos ellos (grupos armados), pero es evidentes que muchas de las acciones delictivas son originadas por personas o grupos infiltrados con el objeto de tergiversar o desacreditar las protestas y provocar su condena, indicó el escrito de los obispos.
Los prelados agregaron que su actuación coordinada demuestra que no se trata de grupos aislados o espontáneos, sino entrenados para intervenir violentamente, en muchos casos han actuado impunemente bajo la mirada indiferente de las fuerzas del orden público.
El Vaticano aseguró la semana pasada que está dispuesto a actuar como facilitador en la crisis venezolana, un día después de que Maduro aceptara que un testigo de buena fe podía contribuir al diálogo, tal como se lo había propuesto una comisión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que viajaron a Caracas, preocupados por la crisis.