Rusia está ligada a las prioridades de Obama

Editorial
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Aunque critica a Vladimir Putin y le impone sanciones a Rusia, el presidente Barack Obama está pasando apuros con las consecuencias de una misión que él mismo se planteó previamente para que hubiese un nuevo inicio en la relación entre Washington y Moscú.

Desde comienzos de su presidencia, Obama se comprometió con Rusia a alcanzar algunos de sus principales objetivos, como evitar que Irán se vuelva una potencia nuclear y resolver la guerra en Siria antes de que se extienda en Medio Oriente. Ahora se da cuenta de que el compromiso está limitando lo fuerte que puede responder a Rusia sin derribar todo lo demás.
Funcionarios de la Casa Blanca insisten en que Estados Unidos no puede volver a tener la relación de siempre con Rusia mientras Putin tenga el control de Crimea, la estratégica península que el Kremlin se anexó.
Lo que ha cambiado exactamente todavía se sigue debatiendo en la Casa Blanca. Susan Rice, la asesora de seguridad nacional del presidente, dijo que la incursión de Rusia en Crimea está causando que países y personas en Europa y la comunidad internacional, y por supuesto, Estados Unidos, reevalúen lo que esto significa y las implicaciones.
Pero mientras los funcionarios advierten de tener lazos restringidos con Rusia, también buscan proteger las prioridades en política exterior más importantes de cualquier daño importante que pueda resultar.
Los ejemplos abundan y son preocupantes. Rusia es parte del equipo internacional de negociadores que trabaja con Estados Unidos para lograr un acuerdo nuclear con Irán.
La participación del Kremlin es crucial para mantener a Siria apegada a un plan para deshacerse de su arsenal químico.
Moscú también permite a Estados Unidos usar una ruta alternativa de abastecimiento que pasa por Pakistán para sacar personal y equipo militar de Afganistán mientras la guerra ahí llega a su fin.
También está la Estación Espacial Internacional y el acuerdo de Rusia a llevar y traer astronautas estadounidenses.
Además, existe la preocupación, más señalada en Europa pero tomada en cuenta por Estados Unidos, de que una mayor diferencia con Rusia podría interrumpir el suministro crucial de energéticos que llegan a las naciones europeas.
Las autoridades estadounidenses no creen que Rusia pueda boicotear estas asociaciones porque sus propios intereses estratégicos están en juego. Rusia quiere acceso a la economía de Irán, que ahora está aislada de gran parte del mundo por las sanciones estadounidenses. En Siria, Putin ve el acuerdo de las armas químicas como una forma de evitar un posible ataque armado de Estados Unidos y el derrocamiento de sus aliados en el gobierno sirio.
Funcionarios estadounidenses dijeron que ellos desean cortar la cooperación en áreas donde Rusia sufrirá más que Estados Unidos. Eso significa detener las operaciones militares conjuntas y cancelar acuerdos comerciales ansiosamente deseados por Moscú.
Los líderes sacaron indefinidamente a Moscú del foro de las ocho naciones más industrializadas del mundo (G8), formado también por Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón. El anuncio lo hicieron Obama y los aliados de Occidente durante la gira del presidente. Los aliados también acordaron imponer mayores sanciones económicas a Rusia si se adentra en Ucrania.
Pero hasta ahora, los esfuerzos por aislar a Rusia parecen no cambiar el cálculo de Putin. Después de desafiar advertencias de Occidente y llevar sus tropas a Crimea, anexó formalmente a la península que pertenecía a Ucrania. Además, envió a miles de tropas a la frontera este con Ucrania, despertando temores en Estados Unidos y Europa de que podría estar dispuesto a tomar más territorio.