'Colorín colorado…

Editorial
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…este cuento se ha acabado'. El gobierno Nacional, a través del Ministerio de Medio Ambiente, cerró el Parque Nacional Natural Isla de Salamanca, ante la falta de acción de la autoridad departamental y de los organismos ambientales del Magdalena, que no supieron darle un manejo a esta situación, a pesar de los millonarios recursos destinados al cuidado y protección del mismo, y que ahora salta a la vista no se han invertido en forma debida.

El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo López, lideró el viernes pasado el Comité establecido para evaluar la problemática ambiental que se presenta en el Parque Nacional Natural Isla de Salamanca, determinando el cierre inmediato de 6 mil hectáreas que ya no servirán de sitio de esparcimiento y diversión para los ciudadanos, por cuenta de las malas prácticas de algunos inescrupulosos y de las decisiones equivocadas de nuestras autoridades departamentales.

Las razones que nos llevaron a determinar este escenario obedecen a la quema de carbón de palo para venderlo en las ciudades; la caza ilegal de tortugas y la construcción de zonas para la ganadería, siendo el detonante para tomar esta medida, además de las quejas de los barranquilleros ahogados por el humo de las continuas quemas que no pudieron ser controladas por la Gobernación del Magdalena ni Corpamag con sus recursos millonarios y las desatinadas disposiciones que tomaron estas autoridades del departamento para evitar estos desastres en el Parque.

A todas luces las acciones que emprendió el gobernador Luis Miguel Cotes y el director de Corpamag, Orlando Cabrera, sí las hubo, fueron equivocadas; no supieron asumir el control del Parque; las medidas preventivas no sirvieron para nada, los detenidos quedaron en eso, y las grandes decisiones que evitaran este cierre, no fueron las pertinentes, teniendo el problema que llegar a Barranquilla y al Gobierno Nacional, para que alguien se enterara de lo que sucede en el ámbito ambiental de nuestro departamento. No hay derecho.

Tuvieron que reunirse el Ministro, con el gobernador del Atlántico, la alcaldesa de Barranquilla y nuestras autoridades, para saber qué hacer con este desastre en el Magdalena que se viene anunciando desde hace más de dos años y que se ha presentado con bastante frecuencia, hechos que nunca fueron tenidos en cuenta para que se evitaran.

En el momento del incendio solo queda llamar a los Bomberos para que apaguen el fuego, pongan la cara y arreglen el problema Así sucedió en la reunión del viernes. Vino el Ministro a poner la cara y explicó que el cierre permitirá sacar e impedir el ingreso de personas inescrupulosas dedicadas a quemar esta zona protegida; hizo un llamado a la ciudadanía para que no compre carbón de palo, porque con su compra estimula la quema del Parque Isla de Salamanca y expresó que se van a comprar nuevos equipos para el Cuerpo de Bomberos y máquinas especiales para apagar incendios.

En dicha reunión, aprovechando la presencia del Ministro, se estableció un compromiso inquebrantable, entre las autoridades cívicas, ambientales, la Fuerza Aérea Colombiana, la Policía Nacional, los entes gubernamentales locales y regionales y los cuerpos de bomberos que siguen unidos para garantizar la protección de la flora y fauna en el sector y evitar que el incendio forestal crezca y afecte en mayor medida a esta reserva natural.

La toma de medidas preventivas siempre es sana porque evitan cualquier alteración del funcionamiento del mismo Parque; pero en realidad en este Comité no se hizo ni se dijo nada nuevo, a excepción del cierre del Parque. Por muchos esfuerzos que hagan los Bomberos; la Fuerza Aérea y la Policía, no conseguimos nada si el problema no se erradica de raíz y se ponen en funcionamiento los recursos económicos del Estado y Corpamag, para hacer una verdadera tarea de socialización, en el sentido de ejercer acciones preventivas y de conservación en el mismo sector, palmo a palmo, cubriendo y recorriendo el Parque y ofreciendo alternativas reales de sustento y trabajo para aquellos que delinquen con los recursos naturales de esta isla rica en manglares.