Duele y mucho la muerte a mansalva, de once humildes soldados, los cuales en su mayoría no pasaban de 30 años. Y duele por la forma cruel y rastrera en que los atacó las Farc. A traición.
Una emboscada que jamás olvidaremos los colombianos y que ha puesto en jaque las negociaciones de paz en La Habana.
Y volvemos al mismo tema con respecto a la guerra que vivimos: ¿Quiénes en su mayoría ponen los muertos? Fácil: El hijo del campesino, el hijo del obrero.
Aquel que no tiene cómo pagar una libreta militar; Aquel que se va con la esperanza de regresar a conseguir un trabajo digno; aquel que es reclutado a la fuerza y que va con la esperanza de regalar una casa a su señora madre.
Es el hijo de juan pueblo quien pone los muertos, mientras muchos dirigentes piden a gritos, más guerra.
Por otra parte, las Farc con ese ataque injustificado y miserable, han logrado aún más el rechazo generalizado de los ciudadanos. Que alguien asuma responsabilidad.
No podemos aceptar que los jefes en Cuba den esas declaraciones tan cínicas como las del tal Alape.
He escuchado diversas personas, amigas de la salida negociada del conflicto, que a pesar de que ninguna de las partes deben levantarse de la mesa, estuvo bien que el presidente Santos -a quien debemos apoyar de manera irrestricta- haya reiniciado los bombardeos.
Y a las familias de los soldados, mucha fortaleza en estos difíciles momentos.Mi ñapa 1. Deja una gran huella ese gran pensador como lo fue Eduardo Galeano. Uruguayo contestatario, iconoclasta, preocupado por las miserias sociales. Paz en su tumba.
Mi Ñapa 2: No sé el porqué de las críticas a la presencia en la Cumbre de la Paz en Bogotá, de ese gran escritor y provocador como lo es Fernando Vallejo y de ese extraordinario jugador como lo es Maradona. El disenso y respetar las ideas ajenas hacen parte de una cultura de paz.
Mi ñapa 3. Admirable, la fortaleza de Natalia Ponce de León.