Porrón y cuenta nueva

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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Así comentó en su cuenta de twitter el Tino Asprilla, el pasado 10 de diciembre, refiriéndose a las amenazas proferidas en su contra por uno de los lugartenientes de la banda criminal Los Rastrojos.

Días antes, El futbolista vallecau-cano, había anunciado a los medios que abandonaría el país a causa de la extorsión de la que era objeto. Afortunadamente las autoridades actuaron a tiempo y se comprometieron a brindar protección al deportista y su familia.

Actualmente alias ‘Porrón’, es buscado por los organismos de seguridad del Estado que ofrecen hasta doscientos millones de pesos a quien brinde información sobre su paradero.

Esperemos que el delincuente, al igual que los cientos de criminales que aterrorizan a las personas de bien en todas las ciudades de Colombia, sea capturado muy pronto y podamos decir con tranquilidad: "Porrón y cuenta nueva".

Pero, Dios quiera que no suceda lo mismo de otras épocas, cuando los cabecillas de las bandas criminales, los capos del narcotráfico en desgracia y algunos terroristas de poca monta, huyeron de su hábitat natural y terminaron reubicando el centro de operaciones de sus actividades ilícitas en nuestra querida ciudad.

Los samarios deseamos, igual que el resto de los colombianos, vivir tranquilos, y libres del azote inescrupuloso de la delincuencia que se moviliza impunemente por todos los rincones de la geografía nacional.

Esta vez fue un deportista famoso a quien sucedió esto, seguramente por eso, las autoridades estaban obligadas a escuchar. Pero, ¿qué sucede con los millones de personas humildes a quienes por falta de recursos se les hace el quite, cuando denuncian la acción de los criminales?
Nada, en este país de corruptos los pobres no tienen derecho a nada.

¿Será que tienen que abrir una cuenta en twitter para que sean escuchados como el Tino Asprilla? Ni con satélite propio creo que los atiendan.

Las autoridades, aunque suene inconsciente, se movilizaron rápidamente porque el denunciante era una figura pública. Si hubiese sido un ciudadano del común, seguramente todo se presentaría como una estratagema de la peor calaña para perjudicar al alcalde de turno, como usualmente dicen los sinvergüenzas que tienen a este país sumido en la desgracia.

Ruego a Dios por la salud y la vida de Asprilla, su familia y la de todos los colombianos, y aplaudo el coraje demostrado por él en una situación tan comprometedora como la que está viviendo en estos momentos.

Sería bueno que todos acudiéramos a ese coraje para afrontar cada situación difícil que se manifiesta en el entorno que nos afecta, y tuviésemos suficiente valor para denunciar a los criminales que agobian al pueblo samario con su insano proceder.

Es el tiempo justo para que Porrón y todos los delincuentes que conforman las bandas criminales que conocemos, den cuenta a la justicia por los delitos cometidos. Y para que los colombianos unidos tengamos el valor de denunciarlos.

No más silencio. Denunciemos valientemente y pasemos la página como dice el Tino Asprilla. Porque Colombia merece mucho más de lo que actualmente le brindamos.
¡Qué viva la patria carajo! Y que los criminales cumplan su cita con la justicia, como debería ser.