Estudio de pacotilla

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Un reciente estudio de la Universidad de Los Andes titulado Costos Económicos y Sociales del Conflicto en Colombia ¿Cómo construir un posconflicto sostenible? concluye que Colombia ganaría una década de crecimiento sin guerrilla ni crimen organizado. Concluye sin ruborizarse que el PIB de los departamentos se duplicaría en aproximadamente 8 años y no en los 18 que ahora toma.
Es imposible tomar en serio un estudio de esta naturaleza y que llega a conclusiones tan absurdas. El papel aguanta todo y los autores defenderán su trabajo alegando que las conclusiones a las que llegan están atadas a unos presupuestos, y que si los presupuestos no se dan, pues entonces las conclusiones tampoco. Basura entra, basura sale.
Primero hay que preguntarse qué tan realistas y probables son los presupuestos que sustentan el estudio. Segundo, si el modelo teórico es adecuado, porque conclusiones tan alegres y fantasiosas sugieren que el modelo utilizado es excesivamente simplista como para arrojar conclusiones válidas.
Las posibilidades de desarrollo de las economías departamentales y del país son impactadas por un sinnúmero de variables externas e internas, que solo un modelo teórico de alta complejidad con algoritmos sofisticados podría arrojar algunas luces sobre cuál podría ser el panorama económico del país en el corto, mediano y largo plazo. Ni que decir que cada departamento debe ser estudiado aisladamente porque cada departamento tiene características únicas.
Queda la sensación de que estamos frente a una tesis de grado mediocre que decidieron convertir en libro porque en estos tiempos cae como anillo al dedo. Esto sin importar comprometer el buen nombre de una institución indudablemente seria y colocando en entredicho la calidad de las investigaciones académicas.
Más que un estudio, el libro publicado es un publirreportaje que pretende darle sustento académico al loable esfuerzo por firmar la paz. Tal vez la intención es sugerir que el costo de firmar la paz es mucho menor que los beneficios que se van a recoger, y que por esto los colombianos debemos meternos la mano al dril con toda tranquilidad y aceptar con alegría la lluvia de impuestos que se viene encima.
La razón de ser de la academia y la investigación es no tragar entero y precisamente contribuir a hacer diagnósticos acertados y encontrar soluciones viables. La academia no existe para servirle de agencia de publicidad a un gobierno o a una causa.
Es verdad de Perogrullo que para la mayoría de los departamentos de Colombia, alcanzar la paz permitiría un mayor crecimiento del PIB, y por esto, entre otras razones, muchos colombianos apoyamos el proceso de paz. Sin embargo, considero que el valor de una sola vida humana es racional suficientemente válido para justificar el esfuerzo que se está haciendo en La Habana, sin tener que recurrir a estudios y promesas fantasiosas.
Se entiende la desesperación del gobierno por encontrar un tercero neutral que repita lo que afirma el gobierno, y mucho mejor si es una institución seria por medio de un estudio lleno de números y gráficas; esto da credibilidad. Lograron su objetivo porque de ahora en adelante oiremos a los funcionarios del gobierno martillar inmisericordemente una y otra vez las verdades reveladas por el estudio y aferrarse a ellas como tabla de salvación. ¿Y quién se va a atrever a poner en duda un estudio tan serio por una universidad de tanto prestigio?
El gobierno sabe, o por lo menos debería, que es un estudio de pacotilla que difícilmente vale el precio de su impresión, pero lo importante para el gobierno es que la idea cale y la gente comience a creerla. Si hay un solo funcionario de Planeación Nacional o de los ministerios técnicos que crea en la fábula económica del susodicho estudio, estamos en graves problemas.
El estudio en mención es un hit publicitario, pero una desgracia para la academia pura.