En Colombia están pasando tantas cosas en los ámbitos político, económico y social que dan ganas de escribir sobre cada una de ellas. Para el efecto escojamos el tema político para echar una mirada a algunos actores que se muestran más en los medios de comunicación y por lo tanto producen más impacto e importancia en la opinión de los ciudadanos.
Tradicionalmente hemos contado con dos partidos políticos ancestrales y alguna corriente de opinión que se denomina de izquierda. Sin embargo ahora tenemos muchos partidos y movimientos que recogen los intereses de algunos líderes, pero todos tienen sus principios filosóficos en el partido liberal o en el partido conservador.
Se puede afirmar que quienes militan en partidos diferentes de los tradicionales han sufrido un cambio en sus propias concepciones tanto en lo político como en lo económico y en lo social; me atrevo a decir que en sus propios intereses.
Este dinamismo sociopolítico obedece a un fenómeno que yo he denominado alteración mutagénica. Sabemos que en biología, un mutágeno es un agente físico, químico o biológico que altera o cambia la información genética de un organismo. No todas las mutaciones son causadas por mutágenos. Hay mutaciones espontáneas, llamadas así debido a errores en la recombinación de su estructura.
Es importante destacar que, gracias a las mutaciones, actualmente existe gran biodiversidad y cambios políticos. Si no fuera por las variaciones que producen las alteraciones mutagénicas, no habría variabilidad fenotípica, ni adaptación a los cambios ambientales y políticos. Por lo tanto, las mutaciones tienen su parte positiva, ya que todo proceso de este tipo tiene sus ventajas e inconvenientes.
Los mutágenos políticos en Colombia son muy vistosos, los puede uno observar fácilmente, pues son telescópicos y hasta fosforescentes porque se detectan desde lejos y hasta en la oscuridad.
También se puede afirmar que esta especie de mutágenos políticos también ayudan a generar acciones buenas y provechosas para las tendencias ideológicas, pues miren que gracias a ellos se ha extinguido la dedocracia y se han reafirmado los acuerdos programáticos o de intereses, por lo que se ventilan dinámicos aires en la política nacional.
Las mutaciones políticas también muestran recorridos cíclicos. En el Congreso aparecen mutágenos que han vuelto a su estado de remoto origen; ahora son fieros defensores de sus principales orientadores de ancestrales principios filosóficos, no sin antes reconocer su metamórfica travesía a través de varios partidos o movimientos políticos. Algunos manifiestan campantemente que la política es dinámica.