Adiós a un gran periodista

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



En el análisis último de la vida y obra de los hombres, colocamos en la balanza tanto sus contribuciones como sus yerros para determinar su valía personal.
Uno de los grandes del periodismo colombiano, Daniel Samper Pizano, anunció su retiro del oficio de periodista. Justo es rendirle un homenaje a quien sin duda es uno de los referentes obligados para las nuevas generaciones de periodistas.
Sin embargo en una carrera de 50 años no todo fue color de rosas. Personalmente, creo que hay un Daniel antes y después de Ernesto su hermano. El Daniel antes de Ernesto fue un monstruo del periodismo que logró convertirse en un líder de opinión respetado, y a veces temido, por la dirigencia del país.
De aquel periodo podemos recordar sus contribuciones valiosas al periodismo investigativo, el cual marcó todo un hito en la historia política y judicial del país. En esos tiempos fue un escritor y periodista prolífico que nos hacía reír todos los viernes con su Postre de Notas y que además fue guionista del programa de televisión Dejémonos de Vainas, basado en un libro de su autoría del mismo nombre. Quizás esta fue la época de oro de Daniel Samper, y quienes acostumbrábamos a leerlo sentimos que la chispa creativa de alguna manera se opacó cuando se vio forzado a exiliarse en España.
En esa época de oro quizás Daniel logró ser un gran político cuyas posiciones incidían en el discurrir nacional; Daniel fue como periodista el gran político que su hermano Ernesto no logró ser.
En la entrevista concedida a la revista Semana Daniel dijo que había una frase muy de su casa y que me permito citar: "Cuando Dios quiere joder a un periodista hace a uno de sus hermanos un político destacado". Y a él lo jodió de qué manera.
El paso accidentado de su hermano por la presidencia de Colombia dejó cicatrices profundas en Daniel que se hicieron evidentes en su ejercicio periodístico. El Daniel después de Ernesto fue un Daniel moralista, vengativo y a la defensiva, y por esto muchos de los que admirábamos su trabajo y su trayectoria, dejamos de tenerlo como referente ante los grandes temas del país. Se convirtió en un Daniel obsesionado en limpiar la imagen de su hermano y vengarse de sus enemigos. Todo esto sin darse cuenta que su autoridad moral había quedado seriamente cuestionada después del paso de Ernesto por la presidencia de Colombia. No por ser hermano de Ernesto sino porque aplicó un rasero diferente al que había aplicado a los demás durante gran parte de su trayectoria periodística; llegando incluso a abrir brechas con algunas personas que fueron sus más cercanos colaboradores en la unidad investigativa de El Tiempo.
A pesar de todo, el Daniel después de Ernesto, logró seguir haciendo aportes importantes en los grandes debates nacionales. En el análisis último de la carrera periodística de Daniel Samper, los colombianos le debemos admiración, agradecimiento y respeto por lo que hizo por el país.
Los escritores que se ganan la vida con el noble oficio de periodista pueden retirarse del periodismo pero seguirán siendo escritores hasta el último día de sus vidas. Daniel demostró tener vena de escritor, y sería bueno que la colocara al servicio de la historia política y periodística del país de la cual él fue parte importante en los pasados 50 años.
La historia reciente del país debe ser reflexionada desapasionadamente desde distintas ópticas, y la óptica de Daniel Samper Pizano sería un aporte valioso para las futuras generaciones. Ojalá Daniel le haga este regalo a los colombianos. Le deseo lo mejor a Daniel en esta nueva etapa de su vida.