El nuevo Papa

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Juan Echeverry Nicolella

Juan Echeverry Nicolella

Columna: Purgatorio

e-mail: juanecheverry@hotmail.com

Twitter: @JPEcheverry



Para los católicos la renuncia de nuestro líder espiritual, Benedicto XVI, es un asunto de relevante importancia. Por lo tanto lo es también para el mundo que cuenta hoy con 1.200 millones de católicos abiertos a su influencia y para las relaciones de la política internacional. Recordemos que el Papa es también Jefe de Estado de El Vaticano, un Estado soberano independiente ubicado en el centro de Roma.

Benedicto XVI sucedió al Papa Juan Pablo II tras su muerte y un largo período frente a la Iglesia. El cambio provocó toda clase de comentarios gracias al carácter y los estilos distintos de esos dos grandes hombres. Hoy podemos decir que Benedicto XVI dejó el legado de un brillante teólogo defensor de la Fe, esa Fe que no se contradice sino que se complementa con la razón. Dejó el ejemplo de un misionero consiente que llevó por todos lados la palabra de Dios y que pidió perdón por sus errores. Y dejó la humildad de un hombre sencillo que renunció poniendo la gloria de la iglesia ante la suya propia.

Luego de 7 años en ejercicio, la renuncia del Santo Padre y su promesa de retirarse a un monasterio de clausura para dedicarse a la oración toman por sorpresa al mundo entero. A partir del 28 de febrero la silla papal estará vacante y un nuevo cónclave de cardenales procederá a escoger, Dios mediante, al nuevo sucesor legítimo de San Pedro. Es necesario entonces analizar los métodos y las posibilidades que tienen los cardenales de todo el planeta para ascender a tal posición. ¿Será el nuevo Papa negro, africano o latinoamericano? Veamos.

El Colegio cardenalicio (cuerpo colegiado de los cardenales) está conformado por 209 miembros de distintas nacionalidades. Pero sólo en 118 de ellos recaerá la posibilidad de elegir al nuevo Papa. Los 91 restantes serán algo así como convidados de piedra debido a que son mayores de 80 años y ya no se les permite participar como electores. A partir de allí, podemos presuponer miles de intrigas y tradiciones históricas dudosas a la hora de escoger papas. A fin de cuentas, los purpurados son también hombres sujetos a la envidia y la codicia.

El continente que suma mayor número de cardenales en este momento (115) es, por supuesto, Europa. También el que más Papas ostenta. Y en Europa, sin duda alguna, se lleva el trofeo Italia con 49 cardenales de los cuales 28 son electores. Luego le siguen Alemania y España con 6 y 5 cardenales electores respectivamente. Así las cosas, cualquiera podría afirmar que es ampliamente probable que el próximo papa sea italiano. Los cardenales italianos van a querer que el nuevo papa esté entre los "suyos".

Sin embargo el Colegio Cardenalicio tendrá que debatir sobre los retos que preocupan a la iglesia actualmente y prepararse por medio de la elección papal para una posible modernización en algunos aspectos. Una de las crisis que enfrenta el catolicismo en nuestros días se debe a la irresponsabilidad de los sacerdotes pedófilos sobretodo en Estados Unidos. Allí mismo el clero ha ido tomando algunas medidas para recuperar su imagen, como el nombramiento del cardenal Timothy Dolan como Arzobispo de NewYork y Presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos. Dolan es definitivamente un exponente de la modernidad en el catolicismo. Es un hombre joven en comparación con los demás cardenales (63 años), cercano a la gente, abierto, risueño y cumplidor de los preceptos eclesiásticos. ¿Estaremos preparados para el primer Papa estadounidense? Un hombre así sería una salida bien recibida en la Iglesia y en el mundo. Miremos los números: EE.UU. tiene 19 cardenales de los cuales 8 son mayores de 80 años y 11 son electores. Más que muchos países importantes para El Vaticano, pero no tanto como Italia.

Ojalá en este asunto terrenal, y por el bien de los hombres, medie la mano divina. Mientras tanto esperemos el nuevo Papa con la misma fe del adagio popular: "¡Dios proveerá!"

Ñapa: los colombianos quisiéramos también que un Papa engalane nuestra nacionalidad en el mundo. Sería inclusive - por nuestra condición de violencia - un elemento decisivo para la consecución de la paz mundial. Pero aunque Colombia se destaca por su ferviente espiritualidad católica, la influencia de nuestros cardenales no pareciera ser tan fuerte. De los tres que tenemos (Darío Castrillon, Pedro Rubiano y Rubén Salazar) sólo Salazar de 71 años podrá hacerse a un voto en el próximo cónclave.