El sanedrín

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Bustamante Barros

Carlos Bustamante Barros

Columna: Columna Caribeña

e-mail: cm-bustamante@hotmail.com



Para estos días en que ya se ha dado inicio a la Cuaresma, este amigo del Caribe colombiano procede a revisar un poco los anaqueles polvorientos y desvencijados de la historia sagrada, encontrando al azar el capítulo referente a las actuaciones del sanedrín para aquellas épocas inmemoriales en que el pregonero de la teoría de paz y amor, cuyo nombre fue Jesucristo a quien juzgaron injustamente, acusado de subvertir el orden religioso imperante con sus noveles teorías pregonando a sus adeptos un reino inmaterial que no pertenece a este mundo sino a otro en que vive para siempre el padre celestial, lo cual trajo como consecuencia su captura y posterior juicio ante los organismos judiciales romanos liderados por el pretor de ese entonces señor Poncio Pilatos, el cual por sus características repletas de corrupción puede calificarse como un montaje burdo cuyo objetivo central era el de legalizar su posterior ejecución en la cruz con clavos insertados en manos y pies, en la que el actuar del sanedrín fue fundamental para inclinar la balanza del juicio en su contra, recordemos que ese grupo integrado por setenta y un miembros de barbados con túnicas negras hasta sus pies estuvo investida de poderes fiscales acusatorios, con gran influencia en el pretor, de tal modo que las decisiones adoptadas en materia de impartición de justicia estaban avaladas por ellos sin las cuales no era posible adelantar juicio alguno por ser actos procesales viciados de inexistencia, dando con ello lugar a la facilitación y consumación del magnicidio cuyas particularices fueron de lesa humanidad.

Es preciso recordar que el sanedrín estuvo integrado por tres grupos discriminados en la aristocracia sacerdotal (saduceos), aristocracia laica y los escribas (fariseos), liderados por el grupo de la aristocracia sacerdotal en la cual supuestamente se encontraban los intelectuales, de tal modo que en muchos juicios se tenían en cuenta las coaliciones y rivalidades entre los tres grupos, como fue el caso del juicio a Pablo quien tuvo presente la situación referida y pudo salir adelante en su juicio al sacarle partido a las diferencias doctrinales de los grupos referidos en las sagradas escrituras en Hechos 23:6-9, lo cual nos da un idea de cuan corruptos eran los miembros del sanedrín, o dicho de otra manera en nuestro lenguaje Caribe eran unos bandidos consumados, porque no impartían justicia en forma ciega como nos ilustra el símbolo de ella, sino teniendo en cuenta sus intereses personales, tal vez por ello estaba condenada a desaparecer del escenario judío funcionando sólo hasta el siglo V.

Llega también a la memoria cual haz de luz en la noche oscura en este acápite vergonzoso de la historia sagrada el momento culminante en que el grupo del sanedrín en la formulación de cargos contra Jesucristo ante el pretor Romano Poncio Pilatos, el destacado jurista les dice que no encuentra justificaciones para la acusación formulada porque no consideraba que había infringido la ley con sus doctrinas pregoneras de paz y amor, todo lo contrario consideraba inocente su actuar, lo cual ocasionó desespero entre uno de los miembros de la corte del sanedrín quien se rasgó las vestiduras, de este hecho quedarían huellas imborrables para la posteridad de los días cuando se enuncia rasgarse las vestiduras como el acto típico de la hipocresía y mala fe, aunque tales actos estuvieran disimuladas en adustos personajes barbados recubiertos en sus pieles blancas por fina seda, con un corazón negro como la noche oscura y tenebrosa, con la cual el peso de conciencia una vez ejecutaron a Jesús ya nos les permitiría recobrar la paz por el resto de sus vidas condicionado su vida a miserables como castigo divino.

Estos sanedrines que lograron con su influencia condenar a Jesús primero a la fustigación con latigazos, luego a la pena capital con su ejecución en la cruz a lado de dos ladrones, realmente son un mal ejemplo para el mundo en la impartición de justicia, su actuar sesgado en establecer condena al líder del cristianismo siendo inocente para lograr erradicar la supuesta amenaza de su nueva teoría inmaterial de otro reino después de la muerte que inquietaba a los reyes de la época, no pasó desapercibido para las generaciones posteriores, todo lo contrario fue tenida presente para la posteridad de los siglos, a tal punto que las teorías de paz y amor continúan frescas y radiantes como rosas al amanecer.

Post data: el sanedrín colombiano referido en su época como el de Gaviria, no es un asunto serio, por lo cual prefiero eludir su enfoque por obvias razones.