La noticia quedó servida para las dos grandes cadenas privadas de televisión.
Esta noticia les cayó como anillo al dedo porque para el mes que sucedieron los hechos, diciembre, en el que las noticias siempre giran alrededor del tema navideño, la cruel noticia sí generaba audiencia. Sin duda se trataba de una historia cruel, que generaba rating, traducido en plata para los canales privados.
En ella se decía que una pareja de esposos, abusaban sexualmente de cuatro menores de edad, dos de ellos sus hijos, uno de los cuales de apenas diecisiete meses de edad.
El señor que vivía en la misma casa y le había arrendado la pieza a la familia, fue el héroe del momento. Fue él quien llamó a la Policía y denunció toda esa historia espeluznante.
De ahí en adelante, esta historia, fue un suculento plato para las dos cadenas privadas, acusaciones contra los esposos, señalamientos, música de fondo triste, entrevista con políticos y expertos en psicología que rechazaban semejante acto bárbaro y sobre todo la permanente acusación contra los jóvenes padres.
Tal sería el rechazo que generó esta historia, que si estos pobres esposos los hubiesen ubicado en la plaza de Bolívar en Bogotá, con seguridad, lo más probable es que habrían muerto quemados por unos ciudadanos indignados, por tal aberración contra unos menores de edad.
Ahora, resulta, que según la Fiscalía, al investigar seriamente, concluye que los niños nunca fueron abusados, que la pareja de esposos son inocentes y que el culpable fue el supuesto salvador, quien delira al parecer por alguna religión y/o secta y había doctrinado a los niños para que dijeran todas esas mentiras.
Ahora y los medios de comunicación, qué. ¿Cuál es el papel de ellos? No es indagar, preguntar y que la Fiscalía actuará sin presiones. Todo por el afán del rating y acaban en segundos con la honra de personas como les sucedió a ese par de jóvenes esposos señalados injustamente de un delito.
Ahora, ¿Con cuántas honras más han acabado los grandes medios de comunicación?
