Lo que se queda en medio de odios y rencores

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cristian Campo Revelo

Cristian Campo Revelo

Columna: Opinión

e-mail: revelorevelo@hotmail.com



La opinión pública se encuentra tan dividida en sentimientos y conceptos sobre el futuro de nuestro país, que de lo único que se alimenta y ayuda a la ausencia de argumentos de peso para su opinión son los grandes medios de comunicación que en buena medida transmiten odios y rencores ajenos que son patrocinados por la unanimidad nacional que se viene imponiendo cada vez con más fuerza.

El ciudadano común no tiene el mismo tiempo de llevar a cabo una investigación seria, disciplinada, objetiva, por el mismo afán diario de sus actividades, precisamente por eso recurre a informarse por medios escritos, de televisión, radio y hoy en día redes sociales.

Pero ante lo que a los colombianos nos atañe como es nuestra anhelada paz, esa que los medios y el gobierno han puesto de moda, se ve cómo surge una campaña de odios, tanto del lado que se opone a una paz con impunidad, como a los que la quieren a cualquier costo.

Pocos son los medios que le explican al ciudadano que los gobiernos actuales incluyendo el nuestro deben obedecerse a una política pragmática, esa que abandona toda ideología y obedece a políticas convenientes, o en este caso internacionales, ya sean económicas y elitistas, sin dejar a un lado que el presidente Santos cuenta con ese perfil, y por si fuera poco las reglas mundiales lo respaldan.

Hay que dar por hecho que el afán de la desmilitarización del campo y las selvas colombianas no obedecen sino al beneficio de una reforma agraria que la convertiría en una reserva internacional, haga de cuenta la despensa de algunos países y por otro lado la legalización de los recursos minerales para las transnacionales y todo lo que ella conlleva.

Así mismo como tampoco hay que dejar de pensar en esa guerra que se libra en todas las ciudades de Colombia, por la falta de unas correctas políticas públicas, que ayuden al ciudadano como tal a ver o por lo menos divisar esa Colombia que se observa desde las curules políticas o mesa de diálogo.

Precisamente es conveniente saber diferenciar las informaciones cargadas de odios y rencores de parte y parte de los medios de comunicación, que lo único que dejan entrever es el interés particular de las personas que le están transmitiendo esa información, la segunda es no enterarlo de lo que de verdad está por suceder con el agro y la posible o inevitable guerra que sufren y de pronto están por sufrir las ciudades.

Finalmente la campaña de unión de los medios de comunicación por mostrar una paz de ficción se quedará en eso, porque una vez que lleguen nuestros recursos a manos internacionales la pobreza crecerá y la violencia se desatará y en esta ocasión no se luchará ni se combatirá a un grupo de terroristas sino que son muchas las personas reaccionando ante sus diferentes necesidades. La pregunta es: dado este caso con quién se dialogará?