Por la red he visto circular desde hace algún tiempo, imágenes en dónde se comparan varios estadios de personas occidentales, que se quejan por algo e inmediatamente sale a relucir la paupérrima y miserable situación en la que se encuentran habitantes del continente africano. Nos señalan que no nos quejemos, ya que los africanos viven peor y no se quejan.
Ese pequeño pasaje, me hizo recordar lo que las grandes élites del país, que auspiciados por los grandes medios de comunicación, han hecho con los ciudadanos de a pie. Buscar comparaciones con otros países -eso sí, esculcando lo peor en otras naciones- para luego equipararlo con nuestro país, en el que nosotros -nos dan a entender- estamos en mejores condiciones, (remember: Venezuela) habilidoso ardid, en el cual la conclusión es que le exigen al ciudadano que se conforme con lo que tiene.
El colombiano si es que ha aprendido bien la receta. Acá no tumbamos presidente, jamás hicimos una revolución como en México, no hemos hecho una verdadera protesta que haga temblar al gobierno de turno -salvo el paro en septiembre del 77 en el gobierno de López Michelsen-.
Y se termina uno de impresionar, cuando en encuestas a nivel mundial nos calificamos como el país más feliz del mundo. Yo iría más allá y nos podemos dar el premio de los más conformistas del mundo. Nos conformamos con cualquier cosa y nos quedamos callados. Ahí también ocupamos el primer lugar.
Mi Ñapa 1. El pasado domingo triunfó en Grecia con mayoría en el Parlamento, el grupo político de izquierda Syriza de la mano de su líder, Alexis Tsipras. Ha sido un grito de la clase media, que vio cómo en pocos años, sus ingresos y su nivel de vida desmejoraron por esas recetas neoliberales que tanto daño han hecho al ciudadano de a pie. Adelante Grecia, cuna de la Democracia y la Humanidad, de Aristóteles, Sócrates y Platón.
Mi Ñapa 2. Totalmente de acuerdo en que las parejas del mismo sexo tengan derecho a adoptar. Cientos de miles de niños esperan en nuestro país un hogar que les brinde afecto, cariño, un techo, pero sobre todo amor. A la expectativa de lo que decidirá la honorable Corte Constitucional.
