Presidente Kennedy: pensamiento y realidad política

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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Si hubo un Presidente de la mayor potencia del mundo, carismático, consecuente con su pensamiento político, con carácter, querido por sus ciudadanos, con personalidad atrayente, amado por las mujeres y que cumplió mientras ejerció la primera magistratura del Estado aquellos postulados programáticos y promesas de campaña que ofreció a los americanos, fue justamente John Fitzgerald Kennedy.

Curiosamente no tuvo como guía sino a Winston Churchill y no dudaba en reconocerlo. Su tesis de grado, entre otras cosas laureada se denominó: "¿Por qué dormía Inglaterra? título tomado de los discursos de Churchill. Mas sus convicciones personales y políticas derivaban de la "experiencia, sus propias observaciones y el juicio pragmático". Así lo manifestó en una entrevista memorable que tuvo a bien concederle en su casa paterna en Georgetown a Henry Brandon en Julio de 1960 antes de ser Presidente.

Su padre no tuvo influencia sino solamente en el aspecto de ser el mejor, pues él les inculcó a todos sus hijos que no importaba a que se dedicaran. Les señaló: "No me importa lo que hagáis en la vida, pero hagáis lo que hagáis, sed los mejores del mundo. Si habéis de picar piedra sed los mejores picapedreros del mundo".

El Presidente Kennedy comentaba: "que su relación con su progenitor era cordial, armónica, de franco y mutuo respeto en el campo ideológico y político"."Somos de dos generaciones distintas, con dos criterios dispares sobre la vida y la política.

Sus estudios universitarios fueron en Harvard y en Londres. Tenía por ende una buena estructura académica, pero dada su timidez en su juventud no se vislumbraba que pudiese llegar a ser un político exitoso.

Se destacó en la segunda guerra mundial y actuó en ella como Comandante de una lancha torpedera en el pacífico en el conflicto bélico contra Japón. En un choque nocturno con el enemigo, su patrullera fue despedazada por un destructor japonés, se partió en dos. Lógicamente murieron varios tripulantes.

Pero condujo a salvo a varios marinos bajo su mando. Algunos dicen que en ese combate en las aguas fue temerario e imprudente. Sin embargo el Mando Naval lo consideró un héroe y por su valor lo condecoraron con el corazón purpura.

En su carrera política lo eligieron representante demócrata al congreso de 1947 y senador por Massachusetts en 1952. En 1960 se convirtió en el primer católico en llegar a la Presidencia de los Estados Unidos y además el más joven en alcanzar ese honor.

Como Jefe de Estado acabó con la segregación racial en las escuelas y universidades y se puso al frente en la defensa de los derechos civiles. Mostró su dureza en las relaciones exteriores, tal cual como lo había dicho como candidato. Esto se palpó en la negociación, con motivo de la crisis de los misiles en Cuba. Le midió el pulso al premier soviético Nikita Kruschev y sin duda le tocó a este último ceder a las pretensiones del mandatario americano.

Se distinguió por ser un político que sabía cuáles eran sus deberes y obligaciones y las aceptaba con placer. Se caracterizaba por contestar a sus reporteros todas las preguntas que quisieran preguntarle. Sus respuestas siempre claras, concisas y sin titubeos.

No evadía ni siquiera las interpelaciones personales y se interesaba mucho por los aspectos internacionales. Según él las cualidades para ser Presidente no son sino: "Ante todo la más importante el carácter, el buen juicio, la energía, la curiosidad intelectual, el sentido de la historia y la visión de futuro" Todo eso se lo dijo a Henry Brandon, quién le hizo un reportaje relevante.

La alianza con la Gran Bretaña a su juicio era vital e indisoluble, le daba gran trascendencia. Con Europa había que tener inmejorable y amistosa asociación.

En cuanto a su religión católica que profesaba, él decía: "Mi figura ha sido controvertida por pertenecer a ella, pero yo nací para la controversia. No soy confesional, ni fanático y la iglesia defiende la constitución y la separación de la iglesia y el estado y yo también defiendo estos dos mismos puntos de vista". "No creo que la religión decida la elección de un Presidente. Por ejemplo no sé cuál es la religión del Presidente Eisenhower".

Apareció con mucha fuerza en el escenario político, por cuanto los líderes estaban envejeciendo y a sus gestiones no las acompañaban los éxitos. La gente pedía con clamor un líder vigoroso, nuevo, actualizado, moderno y fresco y ese indiscutiblemente estaba ahí y no era otro que John Kennedy.

Hay que recordarlo con respeto, toda vez que su paso por el mundo dejó una estela del buen gobierno, actuaciones en concordancia con su pensamiento y aquello que tanta falta está haciendo entre los gobernantes el carácter.