El grinch o antinavidad

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Bustamante Barros

Carlos Bustamante Barros

Columna: Columna Caribeña

e-mail: cm-bustamante@hotmail.com



El grinch es un personaje de ficción inventado por la cultura anglosajona, exactamente por el doctor Seuus, caracterizado por ser de sexo masculino, pelo verde que le cubre todo el cuerpo, ojos amarillos, el cual con su entrada en escena ante la sociedad occidental se erige como el símbolo del consumismo predominante en lo que lo material prima sobre todo, dejando de lado los valores intrínsecos del hombre reflejados en soportes espirituales edificantes.

Su primera aparición fue en el año de 1957 en el libro titulado: ¡Cómo el grinch robó la Navidad¡, luego continúa con posterioridad en 1977 con otro libro también del doctor Seuss rubricado: Haloween is grinch night, en la cual el personaje aludido se muestra como responsable de la paraplejia de Joe Swanson, cuando este fue a detenerle una víspera de Navidad cuando estaba robando regalos en un orfanato y cae desde un tejado al resbalar con un monopatín que le lanza el grinch, estableciéndose desde ese instante preciso como el muñeco antinavidad para la posteridad de los días.

En la serie los Simpson, capítulos Kill Gil aparece un personaje muy similar al grinch llamado The Grumple con el que Homer se pelea y le exige que devuelva la Navidad, en lo que puede interpretarse como la emulación del personaje aludido, con las caracterizaciones comunes referidas, es decir, roba juguetes de niños, triciclos y muñecos comunes, en lo que puede clasificarse como el grinch de la serie aludida.

El grinch o muñeco antinavidad creado hace menos de cincuenta años por la cultura occidental, es una invención que por supuesto no pasa desapercibida por su propio contenido , llama la atención porque desdibuja la Navidad con su comportamiento inusual de robar juguetes infantiles en orfanatos, al igual que su desprecio por los enunciados alegóricos a estas fiestas de final de año como arbolitos de Navidad, Papa Noel tirado por renos briosos que llevan consigo pomposos carruajes dorados elevados al cielo rodeadas de estrellas fugaces , así como de igual manera las luces multicolores encendidas que imprimen colorido a la ocasión especial.

El grinch es un resentido de la sociedad consumista, por eso la desprecia con creces, es decir, se levanta de su nicho ermitaño contra los valores en la cual esta edificada la cultura occidental con atisbos individualistas propias de la economía de mercado, por lo cual no cala a carta cabal en las propias costumbres que nos identifican, tal vez por ello el creador de la misma doctor Seuus lo representa como un muñeco gruñón, con pelos verdes que le cubren todo el cuerpo, ojos amarillos y orejas grandes, tornando su apariencia antiestética y rechazable.

La historia de su invención nos cuenta que es una criatura de corazón pequeño, el cual vive en lo alto de una montaña a 950 metros de altura, que tiene como único compañero a su fiel perro Max, que observa la alegría de los demás con envidia, por eso roba los juguetes de Navidad como medio de retaliación a sus grandes frustraciones personales, actitudes erradas estas que a la postre decide cambiar cualquier día para adaptarse al medio social que le rodea devolviendo los juguetes robados, ante una sociedad circunspecta que finalmente lo acepta y lo integra a su núcleo social mayoritario, dicho de otra forma en nuestro lenguaje castizo Caribe: "el grinch viendo que no tenía salida pide canoa…"

No se tienen noticias que en la cultura oriental con características contrarias a las nuestras existan grinch, es muy probable que por obvias razones no pueden tener presencia estos muñecos representativos de la antinavidad en sus inicios, porque los postulados totalitarios en que esta edificada la sociedad del este talante en su mayoría tienen arraigos fundamentalistas protegidas y fortalecidas por el aparato estatal de turno, por lo cual es poco lo que puede esbozarse con relación al tema ya que se castiga hasta con pena de muerte cualquier divergencia o desavenencia de sus ciudadanos a los dictámenes de obligatorio cumplimiento, recordemos como ejemplo el libro escrito por el inglés Shalman Rudi titulado "…los versos satánicos del Corán…" por el cual al mencionado escritor inglés le fue impuesta orden de asesinato por musulmanes enfurecidos en todo el mundo.

Si hay algo que me admira con creces de nuestra cultura occidental es la diversidad en que esta edificada, aquí hay de todo como en botica para todos los gustos, para cada inclinación personal sobre diferentes áreas especificas hay aplicaciones, en la que la imaginación sobrepasa con creces los límites de lo imaginable, recordemos por ejemplo las invenciones de Harry Potter o las tiras cómicas que los periódicos publican creadas por diferentes productores únicamente para divertir a los lectores y hacer amena la vida, en la que incluso hay enunciados precisos divergentes a los tipos culturales acostumbrados de la navidad tradicional como es el caso del tristemente célebre grinch que se roba la Navidad, permitiendo de ese modo otra visión con objeciones y críticas a postulados inamovibles y espurios.

Visualizo aquí en las propias catacumbas de tierra del olvido en la que nos encontramos con nuestros sueños y esperanzas a muchos grinch criollos de carne y hueso, por los problemas sociales que aquejan a la nación colombiana, en la que no se repartirán juguetes a miles de familias pobres, mucho menos ropa y zapatos nuevos a centenares de miles niños de nuestra irredenta patria , sacudida por los escándalos de corrupción que reduce a cenizas los recursos de los contribuyentes de la nación para engrosar a cuentas particulares de testaferros con la que se compra la conciencia de personas pobres, aumentado con ello los grandes e insalvables abismos de las brechas sociales que dividen al conglomerado social de nuestro país.

Para finalizar deseo confesar que merodea en los vericuetos de mis recuerdos la particular imagen del grinch dando saltitos con su gorrito rojo de Navidad, pelambre verde, ojos amarillos, voz chillona, fisonomía delgada, el cual mimetizado entre los demás niños celebrantes de las alegorías aludidas planea robarse los juguetes navideños para cercenarles la alegría sin éxito alguno , en lo que puede clasificarse como los coletazos de su resentimiento e inconformidad social que lo agobia, porque por fortuna para los niños del mundo la Navidad continúa como ha sido siempre, es decir, como la estrella fulgurante y esperanzadora que nunca muere.

El mundo y la vida siguen su curso…