Al leer el libro del editorial Intermedio, escrito por Mauricio Silva, en el cual se entrevistan a varias figuras del deporte colombiano, cuyo título es "Enséñame a ser Héroe" nos damos cuenta de que todos sin excepciones ciclistas, futbolistas, una patinadora, directores técnicos y un clavadista, poseen una cualidad que concierne con todos los seres humanos sobresalientes cual es el deseo o la meta de cumplir sus sueños.
Igualmente todos aquellos que se han destacado en el arte, en la política, en la milicia, en la abogacía, en el periodismo, en la medicina, en el sacerdocio, en la arquitectura, en la ingeniería, en fin en cualquiera de las profesiones o actividades humanas y que han llegado a la cumbre en cada uno de sus menesteres, tienen en común el amor o la pasión por lo que hacen y por ello han brillado, han logrado sus propósitos y han sido respetados en cada una de sus órbitas.
Desde luego el alcanzar triunfos no es gratuito, siempre requiere trabajo, inteligencia, paciencia, dedicación, disciplina, compromiso, seriedad, esfuerzo, alta autoestima, preparación, es decir un conjunto de condiciones, que son las que permiten esos importantes logros. De ahí la frase aristotélica en la cual se resume lo anteriormente expresado: "Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama".
A propósito del tema es oportuno sacar a relucir sentencias que nos hacen ratificar que el sueño se plasma cuando existe la actitud positiva, que vale más que la misma aptitud, por cuanto muchos con atributos innatos no superan los escollos u obstáculos de la vida y pasan desapercibidos. Por eso quizás el pensador Winston Churchill pregonaba: "Las actitudes son más importantes que las aptitudes".
Por ejemplo señalan los orientales "los errores y las dificultades hay que mirarlos como oportunidades". "Cuando se quiere se puede". Marco Fidel Suárez, expresidente de la República decía: "Es mejor llegar a ser que haber nacido siendo". William Faulkner premio nobel de literatura en 1949, escritor estadounidense afirmaba: "la sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen". William Shakespeare el dramaturgo y poeta inglés manifestaba: "Hay caídas que sirven para levantarnos más sabios y felices". Indira Gandhi ex primer Ministro de la India materializó su pensamiento en la siguiente frase: "Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes".
Los héroes en las batallas, nuestros Generales que nos dieron la Independencia, es decir Bolívar, Santander, Caldas, Nariño, Córdova, los grandes estrategas en las guerras mundiales Napoleón, De Gaulle, Churchill, MacArthur, Patton, Eisenhower, se caracterizaron por su espíritu de sacrificio, fe en la causa como el sentir de nuestro Ejército, voluntad de lucha, entrega total a su noble objetivo y por lo mismo mística por aquello que estaban realizando. Hay que creer, hay que ser tenaces y persistentes en el esfuerzo, con miras a conseguir éxitos. Estas son recomendaciones que es necesario poner de presente y aplicar en todas las empresas y derroteros en que estemos empeñados.
Unos factores dignos de anotar y que son básicos en la consecución de finalidades es el ser optimista, ser oportuno, ser auténtico, ser oportuno y creer en sí mismo. Aquí cabe la locución del escritor inglés William George Ward: "El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas". Igualmente el poeta y narrador español Antonio Machado nos dijo: "Sólo triunfa quien pone la vela encarada con el aire que sopla; jamás quien espera que el aire sople hacia donde ha puesto encarada la vela". El gran Winston Churchill no dudaba en manifestar: "Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa". "Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad".
En el camino de la vida no cabe la menor duda de que mientras seamos útiles, servidores a los demás, estemos dispuestos al cambio, preveamos el futuro o nos anticipemos a los hechos, la sencillez nos acompañe y la grandeza espiritual sea inherente a nosotros, tendremos la certeza de que obtendremos buenos frutos y gozaremos de ellos.
De los líderes debemos aprender. Sus experiencias son ejemplarizantes, por eso en la medida en que leemos sus biografías nos enriquecemos cultural y espiritualmente y nos dan guías y nos aclaran muchas dudas. En consecuencia es menester conocer quiénes son los que enmarcaron los rumbos de la historia, toda vez que aquél que no sabe o se acerca a ella está condenado a que le toque repetirla.
