Opinión favorable

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Escrito por:

Alvaro Padilla Racines

Alvaro Padilla Racines

Columna: Opinión

e-mail: derechopadilla@gmail.com

Twitter: @varitocharpure


A estas alturas de las negociaciones de Paz estamos en un clima social propicio para que de una vez por todas dejemos de lado uno de los capítulos más crueles de nuestra historia. Este positivo síntoma es producto de una sociedad que reconoce en las conversaciones de la Habana un espacio de real cercanía con la Paz.

Contrarios a esta postura se han mostrado algunos sectores políticos y económicos del país. Tal empeño por entorpecer la Paz obedece a múltiples razones que no merecen mayor descripción, puesto que todos sabemos que la Paz, tal cual como se plantea en Cuba, está afectando intereses de grandes y egoístas concentradores de opinión.

Las víctimas, el gobierno nacional, la comunidad internacional y la ciudadanía en general somos conscientes de que prolongar el conflicto es retardar el inicio del crecimiento del país. Por eso resulta inaceptable que las voces oscuras de la guerra insistan en entorpecer el final de una confrontación que hace rato perdió rumbo ideológico. Ante estas circunstancias se necesita que los llamados liderazgos sociales juveniles comiencen a jugar un papel esencial para consolidar una propuesta de país libre de prejuicios políticos y llenos de innovación social.

Con este noble propósito se encuentran un grupo de jóvenes en Bogotá que pretenden promover una iniciativa para que participemos en franco dialogo en las conversaciones con las Farc. Tanto es la firmeza de este pequeño grupo de muchachos, que podemos estar en presencia de una verdadera generación por la Paz donde todos los actores de la sociedad logren inclinarse por apostarle al fin de la horrible siendo esto lo más favorable para todos.

Cuando la dulce Malala decidió alejarse de su mundo de muñecas para preocuparse por el desorden social en el que vivía, nunca se imaginó obtener un premio Nobel de Paz. De este mismo modo todo los que nos consideremos con la juventud suficiente para promover grandes iniciativas de opinión alrededor de la Paz, lo debemos hacer con la plena seguridad de que será correspondido por una sociedad añorante de este anhelo por la vida.

Soy consciente de que ser joven en Colombia implica retos muy grandes debido a las altas tasas de desempleo juvenil, al crimen organizado que nos endulza con engaños y a las pocas alternativas de estudio que tenemos, pero muy a pesar de esto debemos impulsar pequeñas acciones para divulgar una opinión favorable por la Paz.

@varitocharpure