¿Qué estás haciendo por los demás?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Oscar Bravo Rojas

Oscar Bravo Rojas

Columna Sociológica

e-mail: osbraro@gmail.com


"La pregunta más persistente y urgente de la vida: ¿Qué estás haciendo por los demás?"
Martin Luther King

En una aldea global como la nuestra, caracterizada por un marcado materialismo, individualismo y el deseo de supremacía personal, donde como decía Gandhi, hacemos apagar la luz del otro para que brille la nuestra, cuando no debiera ser así, necesitamos como seres humanos hacernos a diario la pregunta más urgente y persistente de la vida de todo mortal: ¿Qué estoy haciendo por los demás?
Nuestras sociedades se jactan de sus democracias y de sus adelantos científicos y técnicos, sin embargo Nelson Mandela, quien constantemente pensaba en los demás, y esto le valió muchos años de cárcel y trabajo forzado, llego a manifestar: "Si no hay comida cuando se tiene hambre. Si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas. La democracia es una cascara vacía, aunque sus ciudadanos voten y tengan parlamento". Cuando cruda y real es esta situación en pleno siglo XXI, donde más de la mitad de la población mundial, muere de hambre y sed, mientras en otros países la comida se desperdicia.
Otra característica de nuestra sociedad occidental, es que se hace llamar Cristiana, no practican los postulados de su Maestro y Salvador, como dice una canción, hay más religiones que niños felices, y Jesús es verbo no sustantivo.
Razón tenía Gandhi cuando decía que le gustaba Cristo, pero no le gustaban los cristianos. Porque esto son muy poco semejantes a Cristo. Cuando verdaderamente está fundamentada en el amor a sus semejantes, al prójimo, cosa que en la praxis no es así.
¿Qué estamos haciendo por los demás? Es un interrogante serio, objetivo y contundente que debiera ponernos a pensar a todos y cada uno de los seres humanos, pues no somos una isla, como decía el más grande apóstol: Pablo, nadie vive para sí, ni muere para sí, mi felicidad es la felicidad de mi semejante y viceversa.
Y si nos consideramos cristianos profesos, debiéramos de hacer más énfasis en la misma, ya que el Salvador y Redentor cuando venga en las nubes de los cielos, no te va a preguntar si fuiste puntual a la iglesia, si orabas, si leías la biblia, no. Él te dirá: porque tuve hambre y tú me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me recogiste, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y me socorriste. Esa es la obra magna de todo ser humano, ser útil, servir a los demás, sin ningún distingo de raza, color, religión, nacionalidad o lengua.
John Wesley decía: "Haz todo el bien que puedas, con todos los medios que puedas, en todos los lugares que puedas, a todas las personas que puedas, por todo el tiempo que puedas", este debiera ser nuestro lema, nuestra misión en esta vida, pues alguien solía decir, que quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Termino con una frase de Albert Pike, quien manifestaba que lo que hemos hecho por nosotros mismos, muere con nosotros. Lo que hemos hecho por los demás y por el mundo permanece y es inmortal.