Perverso matoneo en twitter

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Jacobo Solano Cerchiaro

Jacobo Solano Cerchiaro

Columna: Opinión

e-mail: jacobosolanoc@hotmail.com

Twitter: @JacoboSolanoC



Twitter acerca a las personas, es la tendencia para enviar escritos cortos o fotos, una magnifica herramienta de comunicación, almacenamiento de contactos y que propicia la libertad de expresión; ha alcanzado tal importancia, que los principales medios, se apoyan en el pajarito para complementar la información y medir el clima de la opinión, incluso es útil para organizar movilizaciones y para fines benéficos; los políticos y artistas lo aprovechan para captar seguidores y llegar con sus contenidos a mucha más gente; son aproximadamente 5 millones y medio de colombianos que tienen cuenta y opinan a diario. Pero tenemos que ser sensatos, twitter se ha convertido en una cloaca con la cual tenemos que convivir quienes lo usamos con otros propósitos, son el reflejo de una sociedad enferma de resentimiento y odio por temas de todo tipo: político, religioso, moral, entre otros. Una cosa es hacer una crítica sensata y otra el insulto y la persecución. Humillaciones públicas, críticas desmedidas y abusos verbales, son el pan nuestro de cada día. Esta semana le tocó el turno a Gerónimo, el hijo de Juan Pablo Ángel, a quien matonearon con infames calificativos, por su presentación en La Voz Kids, en poco tiempo el tema se volvió viral, sin tener en cuenta que solo se trata de un niño que está intentando cumplir un sueño, todo por ser hijo del famoso jugador.
Esta red social está atestada de frustrados, que arremeten contra quien sea por pensar distinto o conquistar alguna meta, suelen ampararse en un seudónimo para arrojar el veneno que llevan dentro. Un caso parecido es el de Stefan Medina, un futbolista que por jugar dos malos partidos con la selección, quieren satanizarlo, hasta tal punto, que el brutal acoso se ha traducido en amenazas. También le ocurrió a la periodista Claudia Morales, de Caracol, por sus opiniones. A Gustavo Gómez, por su enfrentamiento con Hollman Morris. A Daniela Ospina, esposa de James Rodríguez, entre otros. Lo peor es que en su mayoría son twiteros prepagos, creados para no dejar rastro, evidenciando una cobardía infinita. Yo no he sido la excepción y he tenido que sortear en muchas ocasiones comentarios mal intencionados por algunas de mis columnas, pero los que estamos en esto, debemos estar preparados para este tipo de ataques, no así, los niños, que por su edad no están aptos para esta clase de bajezas y pueden desestabilizarse, hasta terminar afectados psicológicamente, como ocurrió con Sergio Urrego, un joven que se lanzó de la terraza de un centro comercial, víctima de matoneo por su condición homosexual en el colegio y en las redes. Cada día, historias de este tipo son más comunes, lo que demuestra la dimensión de esta espantosa realidad.
El peor error es dejarse intimidar, hay que opinar con respeto y entender que este tipo de personas siempre estarán ahí, al acecho, como la vida misma; el que sufre con el triunfo de otro, vive condenado y ese es el peor castigo. Es muy desalentador que una sociedad que se prepara para buscar espacios de paz, esté tan absorbida por la intolerancia y el desprecio de sus semejantes.