Barbarie extrema

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



La actitud irracional de los miembros del autodenominado grupo fundamentalista "Estado Islámico" volvió a acaparar los titulares de prensa en todo el mundo. Y la comunidad internacional nuevamente se turbó con un macabro hecho de violencia en el que el turista francés Hervé Gourdel, fue decapitado inmisericordemente por sus captores en Libia.
A raíz de estos sucesos, seguramente los defensores de la maldita violencia terrorista sentenciarán ahora, como ya lo he visto en algunos portales de internet, que el hombre sacrificado por la barbarie extrema se lo buscó por deambular en una zona no permitida por los fundamentalistas. O tal vez, el francés merecía tal castigo por causa de la política colonialista de Napoleón y sus sucesores.
Qué vergüenza, hablar de esa forma para justificar un crimen de esta clase. Igual de locos a los miembros de Al Qaeda, el Estado Islámico, las Farc y de todos los grupos terroristas del mundo, están esos personajes que dicen lo primero que se les ocurre. Otros más cínicos aún, dirán que es necesario estudiar la cultura árabe a fondo para entender la actitud de los inocentes "niños" que jugaron con la daga, y que occidente tiene la culpa de lo que sucede con el pueblo musulmán y los judíos.
No sé si estos genios estudiaron algún día historia; leyeron libros que relatan los hechos más representativos de la cultura de las antiguas naciones del Oriente, o los que hablan acerca de temas religiosos que condensan los rasgos esenciales de la genealogía violenta de los hijos de Abraham.
Digan lo que digan los hipócritas que deambulan por el mundo acomodando a cada acontecimiento su insana perspectiva de vida, considero que esto es un vil ataque a la inteligencia humana. Y nada, absolutamente nada, puede justificar un acto grosero como este.
Nada puede justificar que a un ser indefenso lo asesinen de una manera tan miserable, así sea el peor enemigo. (El turista francés se encontraba atado de manos, y rodeado por un grupo de cobardes acostumbrados a asesinar por la espalda, o en gavilla).
No es en Occidente donde empezaron las guerras por causa de la estupidez del hombre hace 5 o 6 mil años, como lo piensan muchos, sino en Oriente. Allí mismo donde la ignorancia del ser humano inmortalizó mundos místicos y fantásticos, y creó por egoísmo o conveniencia, dioses deshumanizados y tiranos.
O es que acaso no recuerdan que esa región es la cuna de las naciones más violentas de la historia de la humanidad, y de las religiones más peligrosas del planeta. Recuerden que durante 5 mil años, los supuestos adoradores de dioses mezquinos se han dedicado a perseguir, maltratar y asesinar a sus propios hermanos.
No es cierto acaso, que aún hoy los hijos de Ismael esclavizan a los de Isac; los hijos de Jacob, a los de Esau, y así en cadena, los hijos de unos y otros continúan con la demencia maldita que domina sus corazones, aterrorizando y asesinando por locura a todo aquel que se le cruce en el camino. Y además de estos, mucho antes, también existieron los egipcios y otros violentos.
Si el hombre no comprende, o no quiere comprender, que un dios creado por su enferma imaginación no es motivo suficiente para alimentar la enemistad entre los hermanos, está mal, y el mundo definitivamente no merece lo que tiene. -El mundo tal vez, pero el hombre y su demente actitud no merecen nada bueno-.
¿A qué grado de delirio hemos llegado? No sé. El mundo está cada día más loco. Y no es justo que en pleno siglo XXI de esta era, todavía sigamos siendo objeto de la manipulación de los clérigos corruptos que desean a toda costa, esparcir la semilla fundamentalista de la intolerancia y la violencia extrema. No podemos seguir soportando tanto loco suelto, alimentando la maldad en infinitas proporciones.
Es el momento justo para que se esfume el pensamiento corrupto que alimentó la conciencia del hombre de la antigüedad. Porque ningún dios corrupto puede obligarme a atentar en contra de los demás. Y ningún dios (político o religioso), es lo suficientemente bueno para que usted y yo nos matemos como animales, o sucumbamos en la ignorancia del fanatismo extremo.
Si no podemos superar nuestras diferencias porque la locura religiosa lo impide, es tiempo de dejarla atrás. Y así como creamos dioses mezquinos por necesidad alguna vez, ahora es tiempo de borrarlos de nuestra mente, también por necesidad. Porque verdaderamente necesitamos reconciliarnos como especie, y como seres inteligentes.