Los borradores de La Habana

Columnas de Opinión
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Definitivamente al presidente Juan Manuel Santos lo que ha faltado es una buena estrategia de comunicación con los colombianos. Sacó a la luz pública los borradores conjuntos de lo acordado hasta la fecha en la Mesa de Conversaciones en La Habana y hasta ahí llegó el tropel de las especulaciones y las críticas al proceso de paz.
Como era de esperarse, la acertada acción puede reducir significativamente el pesimismo frente al proceso de negociación de un 33% de los colombianos quienes han manifestado no estar de acuerdo con una salida negociada del conflicto. De igual manera construye la confianza ciudadana necesaria para asegurar el éxito del proceso de paz. Ahora solo resta que a partir de diciembre el Gobierno y el comandante de las Farc en Colombia, se pongan de acuerdo en la firma de un cese de hostilidades, mientras se surte el proceso de refrendación a través del cual los colombianos aceptemos o no estos acuerdos de La Habana.
En lo que respecta al capítulo agrario, veo que se hizo un trabajo interesante en la mesa de negociación. Sin embargo, sería conveniente que dicho acuerdo tuviera una retroalimentación por parte de los gremios de la producción agropecuaria, para que a través de sus observaciones se puedan mejorar o aplicar algunas iniciativas allí planteadas. Los temas acordados son una lista de propuestas de inversión e instrumentos de impulso al sector los cuales -si son llevados a la práctica- garantizarán que el campo colombiano sea competitivo y rentable.
No obstante, hay muchos planteamientos que pueden ser nocivos para el productor. Por ejemplo: el punto donde se establece que los predios adjudicados a campesinos son inembargables en los primeros 7 años, los bloquea automáticamente ante cualquier entidad bancaria cuando soliciten un crédito para desarrollar un proyecto productivo. Proponen crear nuevas líneas de crédito para compra de tierra y demás rubros de capital de trabajo e inversión cuando estas ya existen. Lo que debe plantearse es la eliminación de la cantidad de trámites innecesarios y la burocracia en las entidades públicas que administran y otorgan estos créditos y los recursos de ayuda a los productores del campo.
Tampoco es útil que los predios se adjudiquen a los campesinos sin el previo requisito de un certificado de estudio en buenas prácticas agrícolas o ganaderas. Sin esta condición, es como regalarle una moto a una persona que no se ha subido a una bicicleta. Es improcedente también sugerir la expropiación de la propiedad cuando esta no se esté explotando en su totalidad. En todas las fincas del país hay lotes o potreros que las condiciones del terreno no permiten desarrollar una actividad productiva rentable.
No comprendo la insistencia de los negociadores en crear mas Zonas de Reserva Campesinas, si ese modelo de desarrollo minifundista lo que ha generado es mayor pobreza y atraso social. A esos corredores geográficos afectados por el conflicto armado y los cultivos ilícitos (Catatumbo, Tumaco, Montes de María, La Macarena, etc.) debería dársele un tratamiento especial como Zonas de Consolidación Productiva -ZCP- con un programa de fomento que promueva la agroindustria en esas regiones.
Que importante ha sido para el proceso de negociación, el hecho que el Gobierno haya revelado estos borradores de acuerdo. El estratega y consultor político estadounidense, Peter Fenn afirma que "un principio básico de una democracia sana es el diálogo abierto y la transparencia".