El terrorismo islámico: amenaza o realidad en occidente

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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



En anteriores columnas en el año 2012 me he referido al hecho evidente y que cada día toma más fuerza de que los islámicos se están tomando a Europa lenta y progresivamente. La manifestación sucedida en días pasados en Londres, en la cual las autoridades londinenses no pudieron hacer otra cosa que facilitar y permitir que salieran a la calle innumerables islamistas, dejó translucir el odio por Occidente y por los británicos. Las pancartas que portaban los manifestantes reflejaban sus claros objetivos de tomarse y dominar el mundo.
Pero no hay que tomar esta salida violenta a las calles como una amenaza sino como una simple realidad. Las muertes trágicas de franceses, estadounidenses e ingleses decapitados son justamente el inicio de verdad de una guerra que se planteó y que está materializándose. Los cristianos en Irak están siendo exterminados, razón por la cual el Papa Francisco llamó la atención al mundo por esos homicidios masivos y de inmediato aparecieron las intimidaciones y amenazas, de tal magnitud, que lo obligaron a suspender el viaje programado a Turquía, pues los servicios de inteligencia italianos descubrieron un plan para asesinarlo.
No olvidemos que la guerra del islamismo contra Occidente viene de tiempo atrás, ahora lo que pasa es que se ha incrementado día a día y se extiende a muchos lugares y países. En Nueva York se sufrió el 11 de septiembre de 2001, esto es hace trece años, el ataque a las dos torres gemelas, donde murieron cerca de 3.000 personas. Era el inicio de una pesadilla y como bien lo han anotado algunos analistas americanos, a partir de allí el mundo nunca volvió a ser el mismo.
En Francia han apoyado a esos criminales y se están dando cuenta del error garrafal de esa determinación, por cuanto hoy por hoy les están pisando los callos. Ese fanatismo que causa terror lo han padecido y lo vivieron en carne propia, primero en Clermont en 1096 en la primera cruzada donde se produjeron toda clase de atrocidades y luego en 1990 con motivo de la guerra civil argelina, en la cual también hubo centenares de muertos.
Los países europeos que les dieron respaldo, refugio, albergue, educación y bienestar a los islámicos están sufriendo las consecuencias. Es triste y desconsolador que todo el esfuerzo por atraerlos y hacerlos ciudadanos de cada nación, que los recibieron con los brazos abiertos, como a sus propios hijos, reciban esa bofetada, puesto que lejos de agradecerles ese paternalismo, tan solo ha logrado producir unos adversarios directos y fanáticos, que van a desestabilizar y a poner en peligro las democracias del viejo continente. Ahí si cabe la frase de que están durmiendo con el enemigo.
A propósito del tema tratado, vale la pena transcribir el último pronunciamiento del consejo consultivo Muyahidin, en un comunicado que dice lo siguiente: "Les decimos a los adoradores de la cruz que continuaremos nuestro Yihad y nunca nos detendremos hasta que Dios nos avale para cortar su cuello y enarbolar la bandera del Islam hasta gobernar en todos los pueblos y naciones". Solo entonces lo único aceptable será la conversión o la muerte por la espada".
La respuesta de Occidente a ese aviso terrorífico es manifiesta y directa, de tal suerte, que se pasó a la ofensiva en esta guerra a la barbarie. El presidente Obama encabeza esta coalición y acompañado de Francia, Gran Bretaña, Bélgica y Dinamarca y varias naciones árabes, entre otras Jordania, Qatar, Bahréin, Arabia Saudita y los Emiratos, empezó a bombardear a los grupos yihadistas. Su declaración demuestra su firmeza para enfrentar al Estado Islámico. Expresó: "Ningún Dios aprueba este terror. No se puede razonar, ni negociar con esta marca del diablo".
Cameron el primer Ministro Británico ha sido categórico en sus expresiones que justifican la intervención de los ingleses en este conflicto y por ello ha dicho: "En este momento la guerra es a muerte, no puede haber debilidad". No es una amenaza en el otro extremo del mundo. Esto no es una fantasía, está ocurriendo frente a nosotros y tenemos que hacerle frente. El Estado Islámico tiene que ser destruido. La guerra contra el Estado Islámico durará años y tenemos que estar preparados para ese compromiso".
Obviamente los musulmanes se defienden y ellos mismos rechazan la actitud demencial del Estado Islámico. Se movilizan en Francia contra estos terroristas y comentan que estos "se esconden detrás de un falso Islam".
Entre los pilotos árabes que han bombardeado blancos oposiciones yihadistas, sobresalen una mujer Mariam Al Mansouri, de 35 años, con el grado de Mayor, perteneciente a la Fuerza Aérea de Emiratos Árabes y un Príncipe de Arabia Saudita, hijo del Ministro de Defensa Khaled Ben Salman.
No va ser fácil extinguir estos terroristas que dirige el Califa número uno Abu Bakr Al Baghdadi quien estuvo en una cárcel americana y se despidió del Director del centro de reclusión manifestándole: "nos vemos en Nueva York". Ellos tienen cuantiosos recursos, derivados de los ingresos petrolíferos y son más de 35000 luchadores en plan de combate, magníficamente bien armados, entrenados y decididos a morir por su causa.