La vida es felicidad, merécela

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Escrito por:

Ramón Palacio Better

Ramón Palacio Better

Columna: Desde el Centro Azul

e-mail: ramonpalaciobetter@yahoo.com



Con esta frase de la Madre Teresa de Calcuta, hoy beata, nos disponemos presentar unas expectativas de la felicidad que al interior de nuestra sociedad colombiana han ido variando sustancialmente en los últimos tiempos. No debe ser lo mismo, el ser feliz de un ciudadano chino, que el de un ciudadano francés; como igualmente no es lo mismo el ser feliz de un ciudadano perteneciente a un país subdesarrollado, que el ser feliz de un ciudadano perteneciente a un país industrializado.
Estas etiquetas espirituales, más allá de las diferencias económicas y también sociales que se pudieran ocasionar, lo que en verdad si poseen, es un tono o escala discriminatoria y falsa. En televisión diariamente podemos observar en las calles de Bombay, a hombres y mujeres con miradas muy felices, con sus cuerpos muy desbastados o desvanecidos. También en esos mismos medios de comunicación televisiva, podemos observar, analizar a naciones caracterizadas en el planeta por ser naciones muy ricas, como Francia, EEUU, Japón y con ciudadanos caminando desesperadamente por las calles y carreras en medio de la abundancia.
Los asuntos de la vida y la felicidad, son un tema muy complejo verdaderamente en estos tiempos del siglo XXI. En Colombia todos los ciudadanos, nos levantamos siempre esperando llegar a la felicidad, no era realmente una manera diferente a la de los demás, para algunos, aquí todos, sin excepciones nos hemos criado esperando la felicidad. ¿Será, que realmente hay pueblos felices y pueblos infelices? O simplemente se trata de unas circunstancias netamente personales de cada individuo. Los niños de los EEUU, también hoy se crían esperando la felicidad, como nosotros.
Al respecto de la felicidad e infelicidad, la empresa World Valúes Survey, ha venido realizando unos estudios en 80 países y Nigeria apareció siendo la Nación con mayor cantidad de habitantes felices, le siguen México, El Salvador, EEUU ocupa en este estudio el puesto 16, Argentina ocupa el puesto 36.
Colombia, ni para que contarlo, como siempre, estamos entre las 10 últimas naciones infelices u opacadas, ocupando aun los primeros lugares de narcotráfico, terrorismo y como nación entre las más peligrosas del mundo junto a Siria, Libia y Bagdad o Israel que desarrolla hoy un violento conflicto árabe-israelí, entre el Estado de Israel y sus vecinos árabes, en particular los palestinos, por definición, historia y posibles soluciones continuamente son materia de muchos debates y grandes problemas, La Franja de Gaza, Cisjordania, la eventual formación del Estado Palestino, los actos de fuerza, las relaciones de Israel con Siria y el Líbano.
No dudo que los norteamericanos pueden estar más felices que nosotros, pero como dice un refrán, no por ello, deben tirar la manteca por el techo, en lo que respecta al tema de la sutil felicidad de que disponen hoy. Los filósofos griegos, pensaban que la felicidad constituía el mayor bien del hombre; siempre asociado a eu (bien) y a daimon, la divinidad, el espíritu. Creo que sería para ellos, algo así, como el bien espiritual del hombre. Para los romanos, sin embargo, la felicidad estaba conectada más a la fecundidad y a la fertilidad. Por último, la felicidad, más celestial en unos, mas material en otros, todas están basadas o apoyadas en la etimología, que nos ayuda a entender que es lo que verdaderamente sigue siendo para nosotros esa meta inexorable, del gozo, el bienestar, la buena fortuna y la abundancia. A pesar de los pésimos lugares en donde andamos como supuestos infelices, estoy seguro, que como al principio, como cuando niños, los colombianos siempre estamos esperando que llegue finalmente la felicidad.



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