Hoy día, en muchos países del orbe, incluyendo a Colombia, se está pidiendo que a través de reformas constitucionales se incluya la pena de muerte para ciertos delitos de lesa humanidad; pero en realidad, las tinieblas se deshacen trayendo la luz, y deshacemos el error difundiendo la verdad.
Todo cuanto la verdad avance, todo eso el error habrá de retroceder; no hay que resistir el mal sino practicar el bien incondicionalmente, y enseñar sus ventajas por la práctica. Atacando el error provocaremos el odio de los que yerran, y así de equivocados llegarán a hacerse más perversos. Atacando el mal con violencia, provocaremos el rencor de los malos, y así los malos serán peores: lo que necesitamos es difundir la luz para disipar las tinieblas.
Los que gritan ¡Pena de muerte!, en verdad no comprenden que la sociedad humana es la extensión del Individuo. Si queremos realmente un mundo mejor, un mundo sin ladrones, sin asesinos, sin violadores sexuales, etc., necesitamos cambiar individualmente, cambiar dentro de nosotros mismos, alterar dentro de nuestra propia persona los abominables factores que producen en el ámbito humano todos los execrables crímenes. Analicemos: la sociedad es una suma de individuos; si cada individuo cambia, la sociedad cambiará inevitablemente.
La sociedad es la extensión del individuo; si el individuo es codicioso, cruel, despiadado, egoísta, etc., así será la sociedad. En vez de estar pidiendo ¡Pena de muerte!, es mejor ser sinceros con nosotros mismos. Nosotros, cada uno de nosotros, lleva en su mente los factores indeseables que producen todas esas abominaciones, y por lo tanto la sociedad los carga también inevitablemente. Esto no lo puede resolver el monstruo de la ‘Pena de muerte’, esto sólo lo puede resolver el individuo.
Por eso es indispensable que comprendamos lo urgente que es acabar con el egoísmo porque así cultivaremos el Cristocentrismo; sólo así podemos hacer un mundo mejor. Es indispensable eliminar la codicia y la crueldad que cada uno llevamos dentro, sólo así, sólo cambiando al individuo, cambiará la sociedad porque ésta, sólo es la extensión del individuo.
Hay asesinatos, hay masacres, hay asaltos, hay secuestros, etc., etc., pero nada de esto se puede eliminar mediante los procedimientos absurdos de la ‘Pena de muerte’ oficializada o de hecho. Quienes quieren transformar el mundo a base de ‘Pena de muerte’, están totalmente equivocados, porque la violencia, los fusilamientos, etc., sólo engendrarán más violencia y el odio más odio...
En estos instantes la mayoría de la humanidad está confundida con el creciente aumento de la violencia, de las revoluciones de sangre, de golpes de estado, de fusilamientos, de masacres, etc., y todo esto desorienta, pero debemos comprender que la causa matriz de todas estas barbaries es la "mente humana" que se encuentra en decadencia. Es urgente analizar los principios fundamentales de las Leyes Penales para ver la tremenda realidad de que estos no resisten un análisis de fondo y son pura sofistería barata, si no se incluye en ellos la didáctica de un cambio de mente o metanoia. Hagamos luz si es que queremos vencer a las tinieblas. No propongamos más ‘Pena de muerte’; lo que necesitamos es acabar con el tumor maligno que se ha tragado nuestra psiquis: la mente deslustrada de los actuales tiempos…
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