Gina y Cecilia

Esta semana causó conmoción una revelación de la ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, a Yolanda Ruiz en Rcn radio, en la que confiesa abiertamente que es lesbiana y que su pareja es la ministra de Educación Gina Parodi, y digo que causó conmoción porque nuestra sociedad, en su mayoría, no avala a los homosexuales y ataca aún más la homosexualidad femenina, algo que no logro interpretar y que en mi opinión, es una postura cavernícola, machista y retardataria, que nos sitúa como un país que limita los derechos de las personas con base en credos religiosos y prejuicios, a pesar de que nuestra constitución los respeta. Cada quien es libre de creer lo que quiera, pero lo que no tiene derecho es a discriminar por determinada situación. A lo largo de los años hemos atacado y humillado a los homosexuales, quienes son tratados como seres del demonio, tener un familiar homosexual se convierte en una verdadera vergüenza, un tema sumamente debatible y controversial que puede ser mejor explicado desde la genética. En una encuesta realizada en Bogotá casi la mitad de la ciudad cree que la comunidad Lgbti va en contra de las buenas costumbres y la moral, y cree que son un riesgo para la sociedad porque son personas promiscuas, consumen drogas y portadoras de enfermedades, y si esta es la situación en la capital, imagino como será en ciudades intermedias y pueblos, la intolerancia debe ser aún más extrema.
El mundo se mueve bajo las reglas del respeto, en entender la diversidad y no discriminarla, las personas con orientaciones sexuales diferentes se puedan integrar a la sociedad sobre la base de la convivencia. Cecilia Álvarez y Gina Parodi, son las primeras en asumir su rol en la vida política del país y se unen a otro grupo de valerosas mujeres de la vida pública, que también han dejado conocer su condición: La Representante a la Cámara, Angélica Lozano; actrices como: Alejandra Borrero, Karla Giraldo, Patricia Castañeda y la compositora Josefina Severino, a pesar de poner en riesgo sus contratos, asumieron su orientación sexual con dignidad y valentía; lo mismo que la teniente de la policía Sandra Mora, quien después de 11 años logró ser restituida a la institución tras presentar una demanda por discriminación; también la alcaldesa de Chapinero, Blanca Durán, que se casó con su novia en una notaría de Chapinero. La intención de las Ministras, ambas muy competentes, es decirle a la sociedad aquí estamos y no nos avergonzamos, no queremos seguir siendo parte de un tabú que nos menoscaba y nos estigmatiza; pretenden que las evalúen por sus resultados y no por sus tendencias homosexuales. La confesión, ha generado todo tipo de comentarios, incluso ataques al gobierno, al que absurdamente califican como la Jaula de las locas, todo con tal de ofender y desacreditar; son tantos los errores y desaciertos de Santos que es inverosímil criticarlo porque dos de sus ministras salen del closet. Ojalá muchos gays tuvieran la entereza y el valor de asumir su condición y aportar para que se dé un cambio en un mundo en el que a veces nos complicamos con tanta teoría barata que a veces ni conocemos. Mis respetos para la ministra Cecilia Álvarez.

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