Nadie duda que el expresidente Samper, mantenga intacto su poder. Fue decisivo en la elección como alcalde de Bogotá del hoy detenido Samuel Moreno. Su ministro de Justicia Gómez Méndez, es de sus grandes entrañas. Horacio Serpa su principal escudero, oficia como senador así como la exfiscal Viviane Morales -una otrora quemada política, que por cuenta de mandar a la cárcel a Andrés Felipe Arias-, se reencauchó. Su exsecretario privado y exsenador, Juan F. Cristo, sería el probable Ministro del Interior. Luis Noé Ochoa y Cecilia Orozco son dos influyentes columnistas solidarios con el samperismo. Darío Arizmendi, quien fue su aliado en pleno escándalo, le suelta el micrófono a cada rato.
El proceso 8.000 es y ha sido referente de la alianza perversa de políticas y mafias. Cómo no recordar el juicio a Samper, en ella la Cámara de Representantes, lo exoneró con 111 congresistas que votaron a favor de la preclusión. Gracias a una demanda de la entonces Veeduría Ciudadana, interpuesta por personas respetables como María Teresa Garcés, Enrique Parejo, Armando Novoa, José Fernando Isaza, entre otros, la Corte Suprema abrió investigación, pero la exfiscal Morales con una tutela en la Corte Constitucional, logró tumbarla, sobra decir con varios magistrados cercanos al liberalismo y la Anapo. Con esa decisión nos quedamos sin saber muchas verdades del 8.000.
Hoy, Samper es invitado a foros, da charlas, echa chistes, continúa diciendo que todo fue a sus espaldas, como si nada hubiera pasado. En fin, país que tenemos. Colombia no tiene memoria. O si la tiene se hace el de la vista gorda. Me explico: Ernesto Samper, acaba de ser designado Secretario General de Unasur, y pocas voces se han escuchado criticando esa decisión. Jamás ha existido una sanción social contra él. No hay ejemplo, en la cosa pública, luego no nos quejemos.
Ñapa. De acuerdo con el senador Juan Manuel Galán con su proyecto de ley en el que busca legalizar la marihuana con fines terapéuticos y medicinales. Es por dignidad humana. Es para evitar sufrimientos de dolor de cientos de ciudadanos víctimas de penosas enfermedades. Ojalá se debata abiertamente al país y no aflore la doble moral como de costumbre.
