Desborde social por emoción o frustración

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Se necesita aunar esfuerzos que coadyuven a construir convivencia ciudadana en la que florezca el respeto y se evite la polarización. Es fundamental un fortalecimiento emocional y mental necesario para enfrentar los factores beligerantes que propician caos, anarquía y desmedido control.
Celebrar sin violencia sería lo ideal, un reto que debemos tener en la mira; existen personas que creen que emborracharse es un derecho adquirido y por eso pueden salir a las calles a hacer y deshacer; no se diferencia entre ingerir licor y celebrar. No se controlan las emociones, la euforia en buen estado, ahora incorporándole licor, menos. Se debe mirar la reflexión como herramienta para verificar la ruta del progreso personal y social; acción ésta calificada de justa que representa la multiculturalidad; producto éste de un trabajo serio, disciplinado con compromiso, sacrificio y solidaridad en aras de superar el entramado del desborde social; práctica vergonzosa que no debe ser una conducta imitable. El orden se altera cuando se carece de propuestas responsables y de compromiso hacia un desarrollo equitativo, por ello es importante hacer causa común a la búsqueda de objetivos encaminados a construir espacios para el reconocimiento y dignidad del ser humano. En este sentido se exige al máximo coartar la irracionalidad del comportamiento humano, valor base de la convivencia construida sobre consentimientos; un comportamiento social producido por la confianza y la credibilidad; por eso se debe tener una visión y firme decisión de arraigo, apuntalada en la estructuración de principios éticos, morales articulados a la trasformación íntegra del ser humano; factor éste que aunado a otros ejercicios pedagógicos de carácter sicosocial contribuyan al máximo a extirpar factores negativos de nuestra personalidad incrustados en el ego como es la envidia, el rencor, la intolerancia…Esta práctica debe estar sintonizada como un concurso decidido, consensuado que involucre cambiar de fondo en el paradigma del comportamiento social. Es importante convocar con bases de criterios sobre nuestros compromisos; no esta mal autocalificarnos en torno al resultado de nuestro accionar: lo estamos haciendo bien, regular, mal; ¿puedo corregirme? Esto entendido como un análisis reflexivo de nuestra personalidad, una descripción sensata, valerosa y aplaudida en nuestra decisión en el actuar y que nos sirva de luz y esperanza en el propósito de fortalecer nuestros principios de moralidad y civilidad. Apartarnos del pasado oscuro que nos estimula tentación para caer en sus tentáculos de engaño y perversidad, intemperancia, agresividad, y tal vez ingenuidad; para dar mayor fuerza, alcance y duración a la adopción de un estilo de personalidad férrea, coherente, digna, proba, impoluta, entusiasta y compromiso que alterne de manera conjunta y simultánea en vivencias similares que compacten en el umbral de lo proactivo; esta es una verdadera visión de la realidad de cambio de nuestra psiquis personal.
La euforia colectiva es protagonista de diversas pugnas y conflictos que evidencian la violencia del odio y la discriminación racial. Se constituye esto en fantástica metáfora de lo que debería ser lo correcto ante lo incorrecto. Para mirar la causa de la desarmonización debemos asimilar el contexto de la realidad, es decir la justicia trasciende lo plural para lograr armonía; esto es avanzar por un camino de equidad social; preceptos de normas descritas en este tema que optan por la aplicación de principios éticos y morales que impulsan a articular al individuo hacia el sendero correcto. Debemos tener capacidad interpretativa con mucha coherencia; es decir una actitud lógica y consecuente con las circunstancias vividas.