Contra el populismo punitivo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alfonso Lopez Carrascal

Alfonso Lopez Carrascal

Columna: Pedagogía Constitucional

e-mail: lopezcarrascal@yahoo.com



Si se quiere realmente hacer una reforma constitucional y legal a la justicia, sería conveniente que se reúna a los mejores juristas del país que no tuvieran dependencia con los llamados grupos de poder que se han apoderado de la justicia y en buena hora felicitar al Consejo de Estado por meterle tranca a la puerta giratoria de la justicia de personas que como el mico brincaban de una rama a otra de distinto palo. En una reforma, bien sea constitucional o legal se le puede poner punto final a ese enredo en que tu me eliges y yo te elijo. Recomendaciones que hacemos con fines protervos. Ponerle términos a la judicatura y la magistratura y evitar que no hagan nada de extraordinario porque lo que importa es una jugosa pensión. Necesitamos un derecho con mayor dinámica y darle la oportunidad a otras generaciones de abogados.
Restarle atribuciones electorales a los magistrados de las altas Cortes y que se dediquen por completo al estudio del Derecho. Acabar con la comisión de "Acusaciones" de la Cámara de Representantes porque allí no se acusa a nadie y es el cáncer de la justicia penal colombiana. Que se muestre al primer aforado acusado allí. No se puede revolver lo político con lo jurídico en un Estado Social de Derecho y ese ejemplo fomenta la impunidad que estamos viendo y la incredibilidad en la justicia. Modificar el Consejo Superior de la Judicatura. Quitándole funciones a la rama administrativa y que no pueda vetar a candidatos que aspiren a la judicatura y la magistratura.
Establecer severas sanciones disciplinarias por los favores de nombrar mutuamente parientes dentro de las corporaciones. Al igual que debe mirarse como falta grave la formación de grupos de poder en la Rama Judicial, para protervos rimes contra la esencia de la justicia. Si dejamos que la justicia caiga en manos de la corrupción apaga y vámonos porque imperará la justicia privada. Hay que acabar con ese cuento coyuntural de aumentar las penas porque se cree que el delincuente le tiene miedo a la mayor pena y eso es falso. El mismo Estado que le imputa es el mismo Estado que lo defiende, incurriendo en un populismo punitivo sin importar el número de procesos. Es bueno que el Gobierno desde ya y con la ayuda de juristas y de la consulta a la academia proceda a una reforma tanto constitucional como legal para cambiarle la cara al país y sea positiva la reelección que se hizo.