Mario Alberto Yepes: a todo señor, todo honor

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Caracterizado como mariscal de campo, el generalísimo Mario Alberto Yepes se ha constituido en el Ministro de Defensa de la Selección Colombia de Fútbol. En 100 batallas internacionales con la tricolor ha afrontado, al mando de sus gladiadores, la custodia del arco nacional, objeto de ataques de artillería, infantería, aviación y todo cuanto disponga el rival para vulnerarlo. A veces rodeado de sus huestes, otras al frente de ellas y en no pocas ocasiones firmando el acta de victoria con sus propias acciones, como ante Paraguay en Asunción al cierre de la gesta premundialista suramericana cuando, vestido de Superman, en dos audaces avanzadas rescató a su escuadrón de una derrota inminente poniendo un par de picas en el marco contrario con sendos goles, vitales para las aspiraciones del seleccionado colombiano. Atrás quedaba la dolorosa separación que Jorge Luis Pinto le hizo por un incidente menor en Venezuela que pudo privarnos para siempre de la presencia en las canchas del gran capitán.
El pasado 19 de junio, fecha triunfal para el fútbol colombiano, en el Estado Mané Garrincha de Brasilia, nuestra selección rememoraba el siempre celebrado gol de Freddy Rincón ante la poderosa Alemania que, exactamente 24 años atrás nos ponía en la segunda ronda del Mundial jugado en Italia en 1990. El generalísimo Yepes, dirigiendo a sus guerreros frente al poderoso equipo de Costa de Marfil, con Yaya Touré, Gervinho, Drogbá y todo su combo, mostró en el campo su categoría interpretativa de las instrucciones de ese Pericles del fútbol, ese "rodeado de gloria" que es el estratega Pékerman. Yepes, curtido en miles de batallas futbolísticas, se erigió en bastión inexpugnable para orientar a sus compañeros de zaga, dirigir a los volantes y acompañar a los delanteros en busca de un triunfo digno de la épica que puso al equipo nacional en la siguiente fase. Ya en la primera ronda, ante Grecia, el capitán de campo tuvo cifras asombrosas: según la Fifa, tuvo un comportamiento cercano a la perfección, con 9,08 puntos sobre 10, por encima de James (9,02), "miñía" Pablo Armero (8,94) y Cuadrado (8,88). La mayor parte del tiempo cubrió el sector posterior izquierdo, recorriendo 9,5 kilómetros en una actuación memorable. Es que sabe leer cada partido y motivar a su banda como corresponde. Ante los marfileños, la crónica deportiva le dio 9 puntos; estupendo Mundial se ha jugado.
Sí, nadie es indispensable, todos son reemplazables, se cumplen ciclos, se acaban las pequeñas sociedades tan necesarias en el fútbol, el físico se resiente, pero la técnica no se pierde, la experiencia aporta, las ganas suplen deficiencias, el respeto del compañero y del rival, y la admiración de la tribuna tienen mucho peso en las canchas. Muchos dimos por terminada la brillante carrera de Mario Alberto (el mismo nombre del goleador de Argentina 86, Kempes) y propusimos que continuara su presencia en el seleccionado como asistente técnico dado su liderazgo incuestionable y ascendencia sobre el grupo, lo mismo que la de Farid Mondragón, otro veterano que se ganó el respeto y el corazón de Colombia. Nos demostraron cuan equivocados estábamos: su profesionalismo se refleja tanto en una vida privada respetable y ajena a escándalos como en el prolongado y exitoso recorrido deportivo. Vaya sorpresa nos tenían guardada en este Mundial.
En un país futbolístico tan sui géneris como Colombia, donde a los 20 años un jugador es muy joven y a los 25 muy viejo para portar una camiseta de titular, el equipo nacional nos ha dado varias lecciones: James, a los 17 años se coronaba campeón con Banfield en el torneo argentino y, a los 22, ya figura incuestionable, acumula 11 trofeos entre nacionales e internacionales; Juan Fernando Quintero, con 20, dos títulos y varias distinciones, marca un gol en su primer partido mundialista. Cuadrado, irreverente, acapara las cámaras con jugadas de ensueño. Mondragón, con 43 años, puede ser el jugador más veterano de todos los mundiales en jugar un partido oficial, y Yepes es el segundo jugador de campo con más edad en jugar la Copa Mundo, 38 años, después del argentino Ángel Labruna, quien jugó con casi 39. "Aquellos que usted mata andan bastante bien", decía Le Menteur en la comedia de Corneille. Pékerman ha desmentido tan desafortunada teoría. Incluso, el difícil Teo Gutiérrez ha sido pieza clave a pesar de todas sus dificultades personales. La confianza y la motivación son fundamentales a la hora de armar un equipo competitivo como el colombiano y en eso el estratega argentino ha trabajado sin descanso: de ahí la consistencia en los resultados, porque calidad ha habido siempre.
Ministro Yepes: nuestro respeto y admiración. Colombia le recordará siempre como el adalid que continuó la tarea de liderazgo positivo que recibió del "Pibe" Valderrama y que, sea quien sea su sucesor, asumirá con la grandeza con la que usted supo llevar y enseñar. A todo señor, todo honor.



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