¿Qué entendemos hoy por Arquitectura?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Ramón Palacio Better

Ramón Palacio Better

Columna: Desde el Centro Azul

e-mail: ramonpalaciobetter@yahoo.com



Antonio Da Sangallo (1483 - 1546) autor del Palacio Farnecio en Roma y sobrino de Giuliano Giambert Sangallo Arquitecto Florentino quien asistió a Rafael en la dirección de las obras de San Pedro de Roma, es considerado el primer Arquitecto con titulo profesional en el planeta, pues toda su vida se encaminó a la obtención de esta categoría, y para ello subió peldaño a peldaño en el estudio de Donato D´ Ángelo Lazzari Bramante, llamado el Arquitecto del Renacimiento Italiano (1444 - 1514) trabajo en Milán en Santa María de la Gracia y es el autor de los planos arquitectónicos y constructivos de San Pedro de Roma en las épocas en las que Miguel Ángel era su gran rival, aun cuando posteriormente se convirtió en el continuador de su obra.
Sangallo, estaba rodeado de un aire cargado de espíritu práctico y estático desde el principio. Era un profesional que ejercía en un ambiente esencialmente artístico que en principio, le era muy hostil, pero que más tarde habría de reconocerlo como un verdadero Arquitecto Vitruviano (Polion Vitruviano) Arquitecto Romano autor de un "Tratado de Arquitectura" dedicado al Emperador Cesar Octavio Augusto quien constituye una de las épocas mas brillantes de la Historia Romana. Pues bien, a partir de entonces, la Arquitectura empezó a convertirse en un campo dominado por especialistas; el propio Miguel Ángel, quien aun hoy, en nuestro concepto particular el mejor artista de todos los tiempos, llegó a afirmar de sí mismo, que no era un verdadero Arquitecto, pues, según él, le faltaba más experiencia en construcción. Esto no era cierto; él, a conciencia y con gran responsabilidad, se ocupaba de casi todos los aspectos de la edificación.
Debemos recordar que la profesión de Arquitecto no había adquirido su forma actual, que nació en el siglo XIX, con el hormigón armado, los elementos prefabricados y demás componentes constructivos producidos por compañías e industrias independientes del Arquitecto, lo cual, en muchos casos dificulta su ubicuidad o propagación en el proceso de edificación. Respecto a la tradición de los dibujos y las maquetas, aquí comenzaron a nacer los dibujos, los esquemas, los borradores y anteproyectos (como una visión global) preciosistamente acabados y destinados al cliente, y, por otro lado, los dibujos técnicos para el constructor, generalmente detalles constructivos. ¿Y dónde están los equivalentes a los planos para el constructor? Igual que se dice sobre la Edad Media, o se gastaron o nunca fueron conservados con cuidado o quizás, nunca existieron.
Es en esta época que la proyección en perspectiva empieza a robar lugar a las maquetas como un medio más rápido de tener una idea sobre determinada volumetría, y que marca el nacimiento de los cortes, alzados arquitectónicos y detalles constructivos que tanto hacen sufrir a los estudiantes de hoy; todos estos aspectos del orden intelectual se convirtieron en el lenguaje que tendía el puente entre el Arquitecto y los obreros, infortunadamente separados socialmente para siempre. Nuestra época ya no es la misma que la del siglo XIX; a mitad de siglo las computadoras se tomaron por asalto el mundo y hoy se habla de "computación ubicua" programas Excel, Word, diseños en Autocad, proyección virtual 3D, simulaciones urbanísticas virtuales e innumerables programas que agilizan las distintas actividades para el ejercicio de la arquitectura, esto sumado a las nuevas matemáticas, estadísticas y sistemas financieros para el desarrollo de las obras indudablemente han incidido, transgredido o cambiado en gran parte los tradicionales métodos para el diseño y la expresión, sin embargo, la herencia intelectual de la Bauhaus aún se siente, continua vigente.
Continuando con este despegue desde una profesión pragmática (en el Medievo), pasando por un arte liberal (en el Renacimiento) ahora hay quienes pretenden convertir a la arquitectura en una ciencia, como Christopher Alexander; este camino, al rozar con una filosofía que nos lleva a ser proclives a equivocarnos con mayor facilidad en nuestras ideas sobre las complejas necesidades humanas y cómo deberíamos entonces actuar para diseñar. En casos en los que ni siquiera se produce reflexión alguna, sino, se procede al formalismo, o sea, a valorar sólo cómo "se ve" el edificio "por fuera", método de enseñanza que no hará más que inhibir e inhabilitar nuestra capacidad creativa práctico-estética de lo funcional, en lo que al diseño integral o a su conjunto se refiere. Respecto a la actual relación del Arquitecto con la sociedad, la línea evolutiva ha seguido la marcada por lo que ocurría en el Renacimiento: delegación de responsabilidades, independencia con respecto al cliente, alto nivel social en el caso de los Arquitectos destacados, etc.
Debemos ahora, retomando el tema del diseño y la construcción, tomar en cuenta que diseñamos para un mundo cada vez más abigarrado, heterogéneo y cambiante que el renacentista, en el que las tendencias cambian cada día; el principio aparentemente simple que propone un diseñador de "satisfacer las tendencias" no siempre es aplicable.
Nuestra sociedad actual presenta tendencias indeseables y hasta autodestructivas, y, el Arquitecto, como "el último humanista", debería hacer algo al respecto, por ejemplo, por la ecología y el medio ambiente, edificios verdes, de los cuales ya hablaremos oportunamente, y de la arquitectura orgánica de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI.
Para concluir, creo que el estudiante de arquitectura de hoy, no debe extraviarse muy a menudo en investigaciones histórico arquitectónicas, retrospectivas que lo seducen hacia la obtención de un titulo académico de doctorado, emprendiendo quizás, sus ideas hacia caminos secundarios de la erudición, el conocimiento y la sapiencia, cuando en realidad lo que requiere o demandan sus planteamientos arquitectónicos esenciales y regulados, es tener o poseer las suficientes fuerzas intelectuales creadoras y actualizadas para afrontar las múltiples exigencias que hoy en día requieren suficiente imaginación arquitectónica para contemporizarnos con los avances del presente siglo XXI, entelequia de invenciones cada vez mas complicada, exigente, cósmica y universal en cada uno de los distintos escenarios, tanto en lo particular para un proyecto determinado o especifico, como igualmente en lo general para un proyecto urbanístico para cuya creación, imaginación o invento es, en donde precisamente debe actuar el Arquitecto de hoy.