Indignación nacional

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Nuevamente la tragedia enluta los corazones de las familias magdalenenses, y ante una situación como esta muchos se atreverán a decir: solo resta resignarnos, o de nada vale llorar, maldecir o manifestarse en contra de lo que afecta a los menos favorecidos.
La verdad no creo que debamos callar, por el contrario, en este momento nuestra voz debe levantarse con mas fuerza y convicción.
Hoy los gobiernos negligentes y los ineptos colaboradores que sirven los intereses de los primeros, desgarran sus vestiduras y aparecen en cada cámara que se mueve en su entorno para hacer pantalla.
Para el Presidente, y su gabinete, así como para los candidatos presidenciales, alcaldes y gobernadores, solo importa lucir y actuar como cualquier artista de Hollywood, las familias y el dolor que les embarga solo es el trampolín que utilizan para asegurar sus deseos egoístas.
O me van a decir ahora que la presencia del ministro de salud ofreciendo indemnizaciones a las familias, o de la ministra de transporte anunciando medidas tardías para controlar los excesos en las vías, no es mera conveniencia para favorecer la campaña de su jefecito.
Recuerde señora ministra que la población conoce quienes son los que comercian ilegalmente gasolina, sin embargo, aun cuando la gente denuncia estos negocios explosivos, la autoridad que usted representa se hace la de la vista gorda. Hechos como estos se deben prevenir, no corregir. Tampoco creo que sea el momento justo para hacer proselitismo político o figurar descaradamente ante la opinión publica, como lo hace el ministro de salud. Mis hijos y los hijos de mi pueblo no valen 12 millones de pesos. Tal vez lo único que pueda comprar este caballero con ese dinero, sea su mala conciencia por favorecer a los promotores de salud que dejan morir a los pobres en las puertas de los hospitales.
Y que se puede decir de la prensa amarillista. Basta observar el espectáculo circense montado por los ilustres canales de televisión colombianos, para advertir que el sufrimiento de las familias es un elemento de absoluta insignificancia, pues lo que realmente importa es el rating y las pautas publicitarias.
Vivimos desafortunadamente en un país que favorece los intereses de las personas que concuerdan con los amigos del poder en cualquier posición absurda que se les ocurra. Los que se atrevan a opinar en su contra, son catalogados como enemigos, y por tanto, pueden imaginarse que deben esperar.
Aunque no lo crean, así es el pensamiento malicioso de los sinvergüenzas que se aprovechan del dolor ajeno para alcanzar los fines macabros que persiguen.
Para terminar, que Dios bendiga a las familias que lloran la perdida de sus seres queridos. Y a los que se nutren con el sufrimiento de los demás, les recuerdo que también ellos son ciudadanos de este mundo cruel.