Una percepción antropológica sobre el amor

Columnas de Opinión
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El deseo de seguridad en las relaciones con nuestros semejantes engendra, forzosamente, dolor y temor. Esa búsqueda de seguridad nos empuja a la inseguridad. Observe usted el fenómeno: ¿Ha hallado seguridad cuando a través de sus interrelaciones busca seguridad?

La mayoría de nosotros pretendemos estar seguros de amar y ser amados, pero, ¿existe amor cuando cada uno está buscando su propia seguridad? ¿Qué es el amor? La palabra en sí, está tan sobrecargada y rancia que apenas la podemos utilizar.

Todos hablan del amor; toda revista y periódico, igual que todo líder espiritual, habla interminablemente del amor, y decimos: "Yo amo a mi país", "amo a mi rey", "amo a este libro sagrado", "amo a Dios", etc. Mas ¿es el amor una idea? Cuando usted afirma "que ama a Dios", ¿qué quiere decir? Pues que ama una proyección de su propia mente, un influjo de usted mismo, tapizado con cierta forma de respetabilidad de acuerdo con lo que usted piensa que es sagrado y noble, es decir, y eso es menester que usted lo observe, cuando usted dice que ama a alguien o algo, usted se está amando a sí mismo; y ésto no es amor.

Como no se puede determinar esta cuestión llamada amor, nos perdemos en abstracciones. Sin embargo, el amor puede ser la última solución de todas las dificultades del hombre a sus problemas y afanes.

¿Cómo vamos a descubrir qué es el amor? ¿Meramente definiéndolo? Las diversas iglesias lo han definido de cierta manera; y hay toda clase de desviaciones y perversiones. Apegarnos a alguien, dormir con alguien, el intercambio emocional, el compañerismo, ¿es eso lo que significa para nosotros el amor? Y ésto ha sido la norma, el patrón, y se ha vuelto tan tremendamente físico, sensual y mezquino, que las religiones han tenido que declarar que el amor es algo mucho más que eso; incluso, en lo que llaman "amor humano" entre una pareja, ellas ven el placer, la competencia, los celos, el deseo de poseer, de retener, de dominar al otro y de interferir con su manera de pensar y conociendo la complejidad de todo esto, dicen que debe haber otra clase de amor: divino, hermoso, intocable, incorruptible.

Por todo el mundo, cierto tipo de personas auto-denominadas místicas han sostenido que mirar a una mujer es totalmente censurable. Dicen que usted no podrá acercarse a Dios si goza en el sexo, y por eso lo desechan aunque se sientan devorados por él interiormente. Rechazando la sexualidad, se sacan los ojos, se cortan la lengua, y así han dejado hambrientos sus corazones y a sus mentes; son seres humanos "deshidratados"; han prescrito la belleza, porque la belleza está asociada con la mujer cuando se practica con ella el Suprasexo.

¿Puede dividirse el amor en sagrado y profano, en humano y divino? ¿Existe solamente amor? ¿Es personal o impersonal el amor? ¿Moral o inmoral? ¿Familiar o no familiar? ¿Es sentimiento el amor? ¿Es el amor placer y deseo? En verdad, sobre el amor sólo tenemos ideas, ideas acerca de lo que debería o no debería ser, un patrón, o un código desarrollado por la cultura en que vivimos.

Para profundizar en la cuestión de lo que es el amor, primero debemos quitarnos la costra de los siglos, desechar todos los ideales e ideologías de lo que debería ser o no debería ser. Separar cualquier cosa entre lo que es y lo que debería ser, es la forma más engañosa de bregar con la vida. Ahora bien, ¿cómo voy a descubrir por mí mismo qué es esa llama a la cual damos el nombre de amor, y no cómo expresarlo a otro, sino qué significa en sí? Para poder descubrir por mí mismo qué es, no aceptaré, primero, lo que la iglesia, la sociedad, mis padres y amigos y toda persona y todo libro han dicho acerca de él.

Se han hecho miles de definiciones, y uno está atrapado en tal o cual patrón de acuerdo con lo que nos agrada o nos da placer por el momento; entonces, ¿no debería, a fin de comprender el amor, librarme primero de mis particulares inclinaciones y prejuicios?

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