El Distrito de Santa Marta, es una ciudad que está abierta a todas las corrientes del pensamiento y de la belleza que la enriquecen y le permite resolver los complicados problemas, que le plantea la vida, con mayor lucidez para poder ampliar el horizonte estético y educativo.
Estético como: mayor inversión en la infraestructura de calles, avenidas, parques, aeropuerto, transporte público urbano, centros culturales, Hoteles, restaurantes y las bahías de Santa Marta, Taganga y el Rodadero, y de eta forma, atraer un gran flujo de turistas que incrementen la economía de la ciudad para la prosperidad de la población samaria.
Educativo, que en todos los colegios de la ciudad exista una preparación avanzada en la enseñanza bilingüe (español e inglés) para atender con mayor facilidad y entendimiento a todos los turistas extranjeros que llegan a esta región tropical.
El Gobierno regional ha hecho mucho, pero, le falta un largo camino por recorrer. La ciudad de Santa Marta está creciendo en turismo y en población y dentro de dicha población existen muchas personas desempleadas- como me lo planteaba, hace pocos días, el empresario Abelardo Parada- que desean estudiar el idioma inglés, porque este es un medio ineludible para obtener un digno trabajo en cualquier campo dentro de las empresas turísticas y hoteleras, y así, brindar una excelente asistencia a todos los visitantes que lleguen a Santa Marta; para tal fin, se debe pensar en un sistema de mayor inversión en todos los centros educativos de la región para la ilustración del lenguaje inglés, un idioma universal que es imprescindible, no únicamente como herramienta para atender el sistema turístico, sino para afrontar las empresas multinacionales que se instalarán en toda la Costa Caribe a través de los tratados de libre comercio que se nos avecinan. Dichas empresas, requieren de un personal preparado académicamente y versados del idioma antes mencionado, con el propósito de ser competitivos industrialmente y turísticamente.
Además, se debe empezar por persuadir a la gente, que la cultura es en realidad un bien social, meritorio de tenerlo en cuenta y por lo tanto, el pueblo samario y toda la sociedad en general debemos poner en práctica este plausible valor.
Ahora bien, las empresas de turismo deben estar a la altura de la misión que se les ha encomendado, con vehículos amplios y aptos para la prestación del servicio público, conductores con una cultura impecable y conocedores del "Manual del Conductor de Transporte Colectivo y de Pasajeros"- una instrumento más para que contribuyan a la seguridad de los turistas - y bien presentados o uniformados que impacten en la sociedad y en los excursionistas.
Con lo anterior, se estaría aumentando el excelente perfil que tiene la ciudad de Santa Marta a nivel nacional e internacionalmente, una ciudad que está dotada de gran hermosura y habitada de gente amable, sencilla, solidaria fraterna y hospitalaria.
¡Admirable paraíso turístico!