En mayo del 2012, es decir hace dos años, en esta misma columna presagiaba que este joven tenista nos iba a deparar grandes triunfos internacionales, como en efecto los ha logrado. Superó y también lo pronostiqué a Jairo Velazco e Iván Molina, quienes alcanzaron a estar en el ranking mundial entre los 50 primeros, pero Giraldo con sus últimas performances va a quedar en la ATP en el puesto 36 y a mi juicio este año se ubicará en el top 20.
Tenemos hoy por hoy otros dos jugadores, que también realmente se están destacando en el panorama tenístico del mundo, ellos son: Alejandro Falla y Alejandro González. Los dos se encuentran en el listado de los cien mejores y su tendencia particularmente González el más joven, es posicionarse, de tal manera que en este mismo año ambos estarán entre los 50 primeros. El domingo pasado, es decir el 11 de mayo en el Master 1000 de Roma se enfrentaron en la fase eliminatoria los dos Alejandros y resultó vencedor el más juvenil y promesa del porvenir inmediato.
Esto significa que habrá la posibilidad y eso nunca lo habíamos tenido, ni había sucedido, de contar en el deporte blanco (porque antiguamente así se denominaba porque siempre se jugaba con toda la indumentaria de ese color) con tres tenistas tan sobresalientes, que aparecen todos en el top de los cien.
El pereirano Giraldo ha mostrado un golpe muy suyo y contundente, cual es el revés plano y paralelo, el cual deja al contrincante no solo sorprendido sino con las ganas de contestar la bola. Jugando con Andy Murray el número uno de los británicos y el séptimo actualmente en el mundo, en varias ocasiones lo dejó desubi-cado, grogui y molesto, pues no podía llegarle a devolver esa jugada. No me cabe la menor duda de que en el momento son pocos los tenistas, ni siquiera en el top 10, que posean tanta efectividad con ese manejo de raqueta.
Tiene nuestro crédito del tenis colombiano, un saque variado y recio, con la derecha se defiende bien, hasta el punto que Nadal ha manifestado: "Es tan fuerte como un cañonazo". Utiliza a menudo en buena forma los efectos y la volea. En el juego de base, esto es de fondo lo hace con solvencia y en la malla se desplaza y logra buenos puntos.
Con estas características positivas de su juego, ha podido ganarle en el Máster de Madrid, al inglés Murray, al australiano Hewitt, al francés Tsonga, al español Almagro quién venía de ganarle a Rafael Nadal, los cuales se ubican entre los 20 más importantes tenistas.
Perdió la final en el torneo Conde de Godó en Barcelona con el japonés Kei Nishikori, cuando iba arriba 2-0, por causa de su falta de control mental, por cuanto se altera más de la cuenta y sus alegatos dieron lugar a que no solo se recuperara el japonés sino que de ahí en adelante ganó todos los games y por consiguiente ganó el set y el partido. Es su falla notoria, en contraste precisamente con el nipón que no se inmuta, ni se espelusca, sino que se concentra positivamente en todas las situaciones, aún en las más adversas y ese es su fuerte que lo está llevando a los top 10.
Afortunadamente ha mejorado en ese aspecto, gracias al acompañamiento de coaching y orientación sofrológica por parte de Felipe Berón y ahora igualmente en el campo técnico del chileno Fernando González, uno de los más connotados tenistas de su país. Además dispone de un excelente preparador físico, por ello se ha apreciado de un tiempo para acá su progreso, especialmente en la cancha de polvo de ladrillo.
Actualmente ya perdió el miedo o el complejo normal al medirse con los grandes, les perdió el respeto y está confrontándolos de igual a igual. Esa es una ventaja enorme y se refleja en sus triunfos de esta temporada del 2014.
Su mal genio lo manejaba y descontrolaba. Felizmente en las circunstancias que lo están rodeando y con el entorno profesional que está a su lado, se observa un cambio ampliamente favorable.
Vamos a tener la dicha y la satisfacción de verlo en un tiempo no muy lejano, en un lapso no mayor a los dos años, ocupando en letras de molde sus victorias en los principales masters y colocándose en el Top 10.
Hay que reconocer su plausible esfuerzo, su espíritu combativo, su afán de subir en el escalafón tenístico, su evidente sacrificio y alta responsabilidad, que le han permitido alcanzar la privilegiada y prominente posición en que se encuentra.
Tengo la plena certeza de que seguiremos gozando con sus meritorias actuaciones, que nos harán vibrar y sentir a Colombia y a volver a creer en nuestra gente y en nuestra querida, bella y afligida República.