Violencia

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Tuto Santos Araújo

Tuto Santos Araújo

Columna: La Columna de Tuto

e-mail: tutinoaugusto@yahoo.es



Somos un país violento. Ese karma no lo podemos quitar en el mundo. Llevamos años en guerra desde antes de la independencia, como la guerra entre centralistas y federalistas, o después de la independencia como la Guerra de los Supremos, la Guerra Civil del 51, la Guerra entre los Generales Melo y Obando, la Guerra de los Mil Días a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, lo cual contribuyó a la separación de Panamá, la violencia de los años 40, la Guerra de las Farc contra el Estado.
Por ello sorprende que el país, cientos de miles de colombianos, estén dizque preocupados por Venezuela. Es recurrente en las páginas de Internet, que ciudadanos de nuestro país, divulguen imágenes del país vecino, y de la forma cómo sienten impotencia y tristeza, dando a entender que el nuestro es el país de las mil maravillas.
Son esos mismos ciudadanos colombianos, que pasaron por encima el 9 de abril que no solo es la fecha del asesinato de ese gran caudillo, como lo fue Jorge Eliécer Gaitán, crimen jamás aclarado, sino que es la fecha que se institucionalizó como el día nacional de las víctimas.
Según el Informe de Derechos Humanos de la Onu, existen cinco millones de compatriotas desplazados. Una cifra que causa estupor, indignación.
Sí, esas víctimas invisibles de la violencia de diversos grupos al margen de la ley, desplazados, viudas, viudos, huérfanos, despojados, estigmatizados, rechazados. Personas anónimas, pobres, que han aprendido solos sin la ayuda del Estado, lo que son sus derechos, lo que es la paz, lo que es la guerra. Gente admirable que salieron de sus terruños amenazados de muerte, que vieron caer a sus vecinos, que lloraron el destierro y que tratan de rehacer una nueva vida.
Pero en Colombia esta triste nota pasa sin pena ni gloria, más pendientes de realities, como el de una fracasad actriz la Grisales, que destila ofensas a sus participantes. No nos indignan los pobres, los oprimidos, los Nadies, al decir del maestro Uruguayo, Galeano.
Mi Ñapa. Muy bien por la mejora en salud, de nuestro nobel, García Márquez. Un escritor admirable. Palante, maestro.