Acaba de sucederse en el país galo un hecho político sin antecedentes y que es digno de resaltar, por cuanto no podía uno pensar que los dos cargos de mayor relevancia en el plano político, recayeran en cabeza de dos personas de ascendencia española.
El Presidente Hollande dado el desgaste del Primer Ministro y ante su visible impopularidad, y ante la derrota socialista en las elecciones municipales quiso tomar un aire, con el nombramiento de Manuel Valls en el cargo más importante en el manejo del gobierno francés.
Se trata de un socialista de 52 años, hijo de un pintor catalán exilado en Francia, quien ha sido cuestionado en la cartera del Interior que ejercía, toda vez que ha perseguido a los gitanos en sus asentamientos, considerándolos ilegales. Esta actitud y esas medidas arbitrarias y violadoras de los derechos humanos produjeron el rechazo de sus conciudadanos, de todos los países europeos y del mundo.
Estas determinaciones sin duda denotan su posición de centro derecha dentro de su partido, es decir Hollande dio un giro de apertura hacia el otro lado de su pensamiento ideológico. Todo ello con vistas a recobrar un poco su conexión con su pueblo, que lo está todos los días censurando y criticando. No había habido un Presidente que tuviese un grado tan alto de desprestigio.
La primera reforma y fue su decisión inicial de envergadura, tiene que ver con la reducción de 38 carteras en su gabinete. Pero ya el líder del Euro grupo Jeroen Dijselbloen, pidió desde Atenas que ojalá el nuevo responsable de la política francesa, haga cumplir sus compromisos, consistentes en limitar el déficit al 3%, pues el año pasado alcanzó el 4.3%.
Pero a su turno ha mostrado confianza en este nuevo funcionario, una entidad crediticia de reconocimiento entre los franceses, cual es el Banco Societe General, al advertir que con Valls el rumbo gubernamental se encaminará hacia la mejora de la competitividad de las empresas, con miras a fomentar el empleo y la capacidad de consumo.
Desde el punto de vista económico se le encuadra como un reformista, de la línea del ex primer Ministro inglés Tony Blair. Se dice que recortará los gastos y exenciones fiscales a las empresas, lo cual no gusta al electorado.
Se está perfilando como un futuro candidato presidencial y él parece inclinado a que le sirva de plataforma este nuevo cargo para llegar a la primera magistratura del Estado.
Este exponente de la política francesa ha expresado a los cuatro vientos, que él es mitad catalán y mitad francés. Nunca habla de su nacionalidad española, dado que como bien lo dice mis idiomas son el catalán y el francés.
Obviamente acompaña in péctore la idea independentista y de la autonomía de los catalanes, no lo ha manifestado abiertamente, por el hecho de que es muy amigo del Ministro del Interior español Jorge Fernández, quién entre otras cosas lo condecoró por su cooperación en materia de terrorismo. Sin embargo ha apoyado a los dirigentes socialistas de Cataluña.
La otra circunstancia que merece destacarse a propósito de las últimas elecciones municipales, se relaciona con la llegada a la Alcaldía de la Ciudad Luz de un inmigrante, cuestión no solo poco usual sino que no había acontecido en la historia política de Paris.
Esa elección favoreció a una española, Anne Hidalgo quien a diferencia del jefe de gabinete Manuel Valls, sí siente afecto por su tierra natal. También se vanagloria de ser francesa, por ello comenta que ella pertenece a España y a Francia. A su juicio ella es la representación de la mujer europea, la cual reúne en sí misma varias culturas.
A pesar de haber pasado las duras y las maduras, como le toca a todos los inmigrantes, tuvo la fortuna de escalar y tener la oportunidad en la esfera política de sobresalir y de esa manera alcanzar a ser burgomaestre de la principal metrópoli francesa.
Estudió Abogacía y adelantó una especialización en derecho laboral, forma parte del partido socialista y logró un triunfo significativo en la gran urbe, habida cuenta de que en el resto del país se desbarataba el andamiaje electoral del socialismo.
Ha señalado la señora Hidalgo que a la mujer en todas las actividades, particularmente en la política, se le obliga a ser superior, a demostrar mucho más, dada la exigencia hacia ellas para ocupar un empleo de cierta valía. De ahí su íntima satisfacción de haber podido materializar su ambición de preponderancia política.
Sigue vinculada a su terruño y en todos los veranos visita a sus padres y así como curiosamente no gusta de la fiesta brava, añora su tortilla gaditana.
Se ha aseverado por parte de los mismos franceses, de que Europa comienza en los pirineos, reflejando simplemente que el progreso, el desarrollo y la tecnología se nota en el norte europeo, pero resulta que ahora gústeles o no tienen que tolerar que aquellos a quienes miraban por debajo del hombro son los que rigen los destinos de su nación. Por eso jamás se puede decir de esa agua no beberé porque tendrá que tomársela contra su voluntad.
