La necesaria cátedra de cultura ciudadana

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



En Santa Marta, como en Colombia toda, hace falta una cátedra de cultura ciudadana. Es necesario sembrar en los niños y jóvenes el germen que les permita convertirse en ciudadanos dignos. Es tarea difícil, en medio de la corrupción que nos rodea y que no se deja permear con

facilidad. El mal ejemplo que nos brindan los mal llamados 'padres de la patria', por ejemplo, se introduce varias veces al día en nuestros hogares por medio de la radio y la televisión. En consecuencia, después de ver los deprimentes espectáculos que nos muestran los canales televisivos --el Canal del Congreso, entre otros-- cualquier profesor o maestro considerará que está arando en el desierto en su afán por inculcar valores a través de su cátedra en el aula.
Aunque es cierto que se difunden más velozmente los vicios de nuestra sociedad, que los comportamientos ejemplares de los futuros ciudadanos, existen agremiaciones aisladas convencidas de que algo debe hacerse para enderezar la senda torcida de la vida nacional; por ello insisten en acciones quijotescas en beneficio de nuestros jóvenes. Una de estas entidades es la Fundación Ana Rebeca Fernández de Bonivento.
Una ligera semblanza de la vida de esta educadora insigne nos permite saber que doña Ana Rebeca nació en Pivijay, Magdalena, en el hogar de Jorge Fernández y Zoe Caballero. Casada con José María Bonivento Torres y madre de José Francisco, Pedro José, José Alejandro y Rebeca María. Cursó estudios secundarios en la Escuela Normal Superior de Santa Marta, en donde recibió el título de Pedagoga. Más tarde se licenció en Sociales. Además, se familiarizó con la psicología. Fue Secretaria de Educación del Magdalena, Diputada a la Asamblea y Fundadora-Gerente ad honorem de la Sociedad de Educadores del Magdalena. Una vez, fue declarada fuera de concurso en 'La Mujer del Año'.
La Fundación Ana Rebeca Fernández de Bonivento tiene entre sus fines despertar en los niños el amor patrio. Por esta razón realiza cada año un concurso en el cual predomina la sensibilización de los niños estudiantes hacia nuestra nacionalidad. Con palabras sencillas --de acuerdo con sus escasos conocimientos sobre la materia-- los niños presentan sus trabajos relacionados con los temas propuestos. El solo hecho de que estos infantes consulten en bibliotecas y con sus familiares adultos para realizar un trabajo meritorio, significa un avance en el campo investigativo. La consulta, la inquietud en busca del conocimiento nos los abandonará jamás.
En años pasados los estudiantes de los colegios participantes han presentado trabajos sobre Santa Marta, su historia, costumbres y comidas típicas, entre otros temas. En realidad, los responsables de la educación en el distrito de Santa Marta y en el departamento del Magdalena están en mora de crear dichos espacios; el potencial humano lo poseen de sobra los niños y jóvenes de nuestras escuelas.
El doctor José Alejandro Bonivento y doña Rebeca María Bonivento sostienen la fundación que lleva el nombre de su ilustre progenitora. Hasta hace unos meses contaron con la valiosa colaboración de doña Eva Henríquez de Gómez, recientemente fallecida. Los mejores trabajos, según criterio de un jurado calificado, reciben premios y estímulos económicos que de alguna manera contribuyen a su permanencia en el sistema educativo. Sin embargo, para los pequeños concursantes tiene más importancia la mención honorífica que se les otorga y, sobre todo, siempre agradecen que se les haya dado la oportunidad de estar en contacto con la realidad social de su patria chica. Ahora, cuando se habla por todas partes de 'sentido de pertenencia', se nota cuánta falta hace un espacio que canalice las inquietudes cívicas que poseen los jóvenes estudiantes.