Tecnología y bienestar

Columnas de Opinión
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Nos encontramos actualmente en una época de grandes adelantos en el campo del desarrollo del saber: se ha llegado a fraccionar el átomo, se ha penetrado a la célula viva, se tiene una visión profunda sobre el genoma humano, existe una tecnología avanzadísima, incluyendo la espacial, etc., etc. Esto ha traído una extraordinaria mejora en la vida de los seres humanos en el ámbito material; pero también comprendemos que esa mejora material no llena todas las expectativas de la humanidad.

Porque por un lado, al tiempo que el desarrollo material asciende escalones cada vez más altos, observamos que el ser humano en general, parece un cavernícola con sus masacres, secuestros, minas "quiebra patas", dictaduras de izquierda o de derecha, revoluciones fratricidas, sangrientas, la muchedumbre gimiendo por la creación de impuestos y más impuestos, el alza inmisericorde de los servicios públicos, sueldos de hambre, explotación del hombre por el hombre, corrupción en el nivel público y privado, el aumento de políticos corruptos, nepotismo, etc., y por doquiera se escuchan guerras y rumores de guerras; si examinamos cuidadosamente el panorama de la vida, observamos que a la vista no hay solución posible, pues el aumento de los crímenes monstruosos, de los conflictos entre patrones y obreros, de fronteras por doquiera, fanatismos religiosos y materialistas espantosos, crueldad insaciable, prostitución, aberraciones sexuales, etc., ascienden peligrosamente.

Antes uno pensaba que con el adelanto tecnológico íbamos a llegar a un estado de civilización y cultura extraordinaria; hoy comprendemos que la tecnología es una cosa, y lo que es el ser humano en sí mismo, su aspecto moral y ético, que comprende el estado en que se encuentra su mente, sus sentimientos, y algo más profundo, su conciencia, es otra cuestión; entonces, por lógica secuencia tenemos que comprender que los tantos y tantísimos problemas y conflictos en que nos encontramos enredados, provienen de la carencia de auténticos valores morales y éticos, asunto que sólo es posible con un desarrollo del ser interior.

Y este desarrollo y conservación de los valores eternos del espíritu, compete a las tradiciones religiosas del mundo, promoverlo. Pero "¿si la sal se corrompe? Si las religiones "sólo se preocupan de lo secundario", como dijera un sacerdote católico, hace poco tiempo, es decir, sólo al proselitismo, al diezmo, a su expansión, a la propaganda, al bienestar material, etc., y no dan una clave concisa y concreta para que el individuo realice una asepsia moral dentro de su mente y sentimientos (porque la mera creencia no realiza esa purificación en los centros mental y emocional, como se puede apreciar en la vida experimental), luego, ¿cómo podrá surgir el hombre nuevo para lograr el devenir de una nueva vida y un nuevo mundo?

Cualquiera puede apreciar que la humanidad sólo se ha preocupado por desarrollar el lado del saber olvidando el lado del ser, o sea, lo moral y lo ético. Debemos entender que ser y saber son diferentes. Alguien puede tener mucho saber, por ejemplo, para fabricar automóviles, aviones, o saber mucho de medicina, de ingeniería nuclear, etc., o saber mucho sobre teología, filosofía, pero podría suceder que ese alguien tenga una moral muy baja. Así encontramos a muchos médicos, sacerdotes, científicos, filósofos, etc., que tienen mucha erudición, pero con una ética, moral o nivel de ser muy bajo: materialistas, ambiciosos, crueles. Y esto es algo que nosotros debemos comprender cabalmente.

Incuestionablemente, lo más importante para la humanidad actual debería ser el desarrollo del ser. ¿De qué sirve que tengamos grandes adelantos en el campo del desarrollo del saber, o tener una gran erudición, si no desarrollamos el ser interno?

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