El Magdalena necesita y debe tener su propio senador, y ya

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



Ningún hombre es demasiado bueno para gobernar a otro sin su consentimiento. (Abraham Lincoln). Después de un periplo por una vasta región de nuestro departamento del Magdalena y algunos pueblos colindantes que pertenecen a la antigua provincia de Padilla o el llamado Magdalena Grande, he podido palpar con sobresalto y honda preocupación que cada día que pasa nos vamos quedando acéfalos de representación política en el congreso dela república y todo ello por cuanto, -sin temor a equivocarme-, pareciera no haber aprendido la lección y no podemos repetir los mismos errores del pasado próximo, ni mucho menos dejarnos deslumbrar por tanto cometero

que aparece por estas tierras cada cuatro años en busca de aclimatar sus fuerzas electoreras ofreciéndonos esta vida y la otra para que, de manera ingenua, incauta o intestinal, caigamos en sus rapaces y voraces garras y después no los volvemos a ver ni en las curvas y mientras tanto ellos siguen campantes y rozagantes disfrutando las mieles de la representación política que se les da saboreando las mieles y placeres que eso genera, sin que se incube en ellos un ápice de compromiso por servirle a los verdaderos intereses del pueblo, un pueblo que ya está hastiado de tanto sinvergüenza paracaidista que, poco a poco, nos han ido esquilmando hasta las ilusiones, al punto que cada día que pasa se habla más del voto en blanco, abstencionismo o, sencillamente, la gente se mamó de elegir a unos trashumantes que no hacen absolutamente nada y que como los proxenetas únicamente llega, o utilizan y se marchan a tramitar beneficios para sus verdaderas tierras y regiones.

Es entendible que cada quien busque la mejor manera de matar las pulgas y si para ello es menester aliarse con el mismísimo demonio, no sobra decir que muchos lo han hecho, sin importarle las consecuencias inmediatas y solamente piensan en atesorar riquezas y poder político, aunque los mismos sean derivados a costa dela misma y propia vida de los ciudadanos, quienes inermes e indefensos ya no saben para dónde coger ni a quien acudir, porque basta con mirar a cualquier lado y encontramos a unos selenitas que nos ofrecen esta vida y la otra y siguen creyendo que aun continuamos con la venda en los ojos o que nuestras necesidades se satisfacen con una sándwich y una gaseosa, o con media botella de ron, por cuanto siguen penando que al pueblo hay que seguirle dando pan y circo, el pan para un día domingo de elecciones y el espectáculo circense a través de tantos desafueros administrativos que pululan en esta patria y que cada vez más ahuyentan al constituyente primario a creer en esos ilusionistas y buhoneros que siguen viéndonos cara de estúpidos, pero eso ha llegado a su fin, porque es necesario liberarnos de esa caterva de sinvergüenzas que aparecen por aquí a pescar en río revuelto y así emprender la gesta libertadora que nos impulse a llevar al congreso de la república a los hijos de nuestra tierra que sientan y hayan padecido los horrores de nuestra enclenque y sesgada democracia.

Es imperativo que un acto y gesto de entereza, pero repleto de vergüenza y dignidad, le digamos basta a esos aparecidos de otras tierras, todos esos Mattos, Gerleín, Cepeda, Benedetti, Name, entre otros, que aquí está naciendo una nueva casta y clase electoral que solamente quiere y luchará por salvaguardar sus propios intereses y enarbolará las banderas para restituirle a la tierra del Magdalena todo aquello que nos han birlado y raponeado y de esa manera volvamos a sentirnos orgullosos de aquellos parlamentarios del pasado que se entregaban con alma, vida y sombrero para luchar por su tierra, incluso enfrentándose a lo más representativo dela clase política centralista, tal el ejemplo, entre otros, del fogoso e inigualable José Ignacio Vives Echeverría, el popular "Nacho Vives", quien sin pelos en la lengua prefirió ir a la cárcel pero le cantó la tabla al expresidente Carlos Lleras Restrepo y sus ministros Fadul y Peñalosa, además de ser gestor de un sinnúmero de proyectos de ley que beneficiaron, no solo al Magdalena, sino a toda la región y a quien el pueblo raso le agradece todo cuanto hizo por el.

Es por ello que ad portas del próximo debate electoral y con la convicción propia de quienes tenemos fe y certeza de que las cosas tienen y deben cambiar y ese cambio depende exclusivamente de nosotros, de la voluntad nuestra y sin dejarnos influenciar de advenedizos provenientes de otras regiones del país que solo han enlodado y mancillado el nombre de nuestro departamento, razón por la cual los invito a que, pensando en nuestro pueblo y en nuestra gente, el domingo 9 de marzo de 2014 respaldemos de manera masiva en las urnas al candidato marcado con el Número 88 por el partido Conservador, Raúl Alberto Vives Lacouture, un hombre venido de las entrañas de nuestro departamento y en quien confluyen todos los ingredientes propios de quienes quieren servirle a su terruño y de quien estamos plenamente convenidos lo hará con dignidad e hidalguía y pensando exclusivamente en el bienestar de su pueblo, porque el Magdalena necesita y debe tener su propio senador, y ya y él es el mejor de todos.