Abajo el autoritarismo y la opresión

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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Las noticias de los últimos días indican que el planeta está que hierve. Pero no por la buena cocina amigos, sino, por causa de los movimientos ciudadanos que se manifiestan en contra de los sistemas políticos, económicos y religiosos obsoletos que tanto mal han hecho a la sociedad.

La gente sufrida de América, Europa, Asia y África se ha levantado hoy en contra del capitalismo decadente, el socialismo y el comunismo criminal que encadena y tortura a los ciudadanos, y en general, se ha levantado en contra de todo sistema que mutile las esperanzas de la humanidad. El ciudadano del común está airado, porque se cansó de la crueldad que domina el corazón de los miserables que dirigen el destino de las naciones, y porque sus secuaces se apoderan de las riquezas de los pueblos.

Las cosas están moviéndose en otra dirección. Por ello, recomiendo estar atentos a los cambios que se gestan al interior de la comunidad mundial, porque es importante que seamos protagonistas reales de las transformaciones sociales que están por venir. Ya no tengo dudas que lo que se avecina cambiará el orden viciado de las cosas. Estemos atentos, pues somos parte activa de ese cambio. Y como parte activa, es necesario involucrarnos en los movimientos que procuran un mundo mejor.

El primer paso ya fue dado por los ciudadanos de Ucrania, Siria y Venezuela. El hombre, en todos los pueblos de la tierra, debe continuar con la lucha, porque es necesario erradicar la corrupción, el sectarismo, y la esclavitud social en la que vivimos. No somos seres humanizados cuando despreciamos al vecino porque no piensa como nosotros, o no cree las mismas estupideces que nosotros creemos. No señores, somos seres humanos, porque tenemos alma y sentimientos que nos convierte, en algún momento, en una especie digna que es incapaz de causar mal a los individuos que le acompañan en el viaje por este mundo.

No entiendo todavía como la estúpida ignorancia que nos maltrata, induce al gobernante a actuar de manera indecente en contra de sus conciudadanos. No estoy de acuerdo que criminales como Maduro, Bashar al-Asad y Yanukévich asesinen miserablemente a su gente simplemente porque un sector de la población no comparte los ideales putrefactos que predican.

Una cosa les digo, el universo de los hombres no ha sido clasificado en capitalismo o comunismo, liberales o conservadores, amarillos o verdes, ricos o pobres, católicos, cristianos o musulmanes, no señor. Esta es una clasificación enferma que el mismo hombre en su ignorancia, y preso de la ambición, ha querido hacer de un mundo que se formó en justicia desde el principio de los tiempos. ¿Si las cosas son realmente así, entonces porque carajos los criminales que dirigen los sistemas sectarios del presente, insisten en maltratar a sus semejantes?

No me vengan con el cuento reforzado que acostumbran a referir en cualquier lugar: "El hombre por naturaleza es malo". No les creo, porque estoy seguro que si quisiéramos actuar en beneficio de nuestros semejantes, podríamos hacerlo, independientemente de la supuesta naturaleza corrupta que dicen algunos es propia del hombre.

Para terminar, solo quiero acudir a los buenos pensamientos de aquellos que todavía persisten en dejarse dominar por las apariencias que se manejan en torno de las sectas criminales de los partidos políticos, la economía, y la religión. Porque es hora que todos nos manifestemos en contra de la mezquindad que intenta destruir la especie humana. No se gobierna únicamente para determinados grupos políticos; tampoco se administra para socialistas, comunistas o capitalistas; y mucho menos se ministran los dones de Dios para cristianos, católicos o musulmanes exclusivamente, porque al final, todos pertenecemos a la misma especie.

La humanidad es una sola, por tanto, los miserables terroristas como Maduro, y los cientos de dictadores que se mueven en el mundo de la política, la economía o la religión, no tienen cabida en medio de una raza que espera cosas mejores. De ahí, que en contra de los que nos esclavizan debemos enfilar nuestras baterías y manifestarnos, porque no podemos permitir que continúen destruyendo el mundo que ha sido heredado a nuestros hijos. Abajo los dictadores enemigos del pueblo y sus secuaces. Pues construir un mundo justo es la única misión válida para los seres humanos.



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