Lo sucedido en Río Seco, al norte de Valledupar es espeluznante, el acceso carnal abusivo de sus cuatro hijas por el padre bajo la complacencia y complicidad de la madre y esposa, es algo inexplicable, vil, ruin. El abusador no solo se satisfacía sexualmente con su mujer, también sucedía con sus hijas menores de edad, menores de 14 años; insólito, crudo pero real; este mundo va de mal a peor con estos degradantes hechos y de perversión al extremo. Para que se tenga en cuenta, se castigue severamente y no se repita.
El Código Penal Colombiano en su Art. 208 determina que el que acceda a menor de 14 años incurrirá en prisión de 12 a 20 años, pena que fue incrementada. Las(os) menores se encuentran en una situación que no pueden resistir. Utilizar arma de fuego para intimidar y lograr su propósito como se presentó en este caso, agrava la situación y aumenta la pena a este individuo.
El abusador había generado y materializado ese concierto para delinquir nada más y nada menos que contra su propia familia, ¡Que despropósito!, confabulándose con su esposa, lo que venía sucediendo hacía más de tres años. ¿Qué ejemplo podrían dar a sus hijos?. Se enlaza a estos hechos el incesto, también protagonizado por el padre de las menores; la madre protectora de sus hijas es la que debe observar con detenimiento y alertarlas de esta aberración, pero aquí ni lo uno ni lo otro ya que ella permitía el delito, involucrándose.
Sobre el tema, recuerdo una charla con un amigo médico hace algunos años, le hablaba que el hombre actual no se satisface sexualmente con una mujer de su edad o algunos años menos que él, que recurre a menores de edad y en exceso a menores de 14 años, sacando como "argumento" "como me la formuló el médico", el médico se apresuró a decirme: que me saquen de ese paseo que yo no insinúo ese tipo de fórmulas, le dije no es contigo ni con tus colegas, es solo un dicho que tienen en sus mentes estos depravados violadores, que solo ellos se lo creen.
Se tardaron mucho tiempo estas niñas en presentar la denuncia contra sus propios padres. A manos del Icbf pasarán estas niñas; gran trabajo le corresponde a especialistas de esta institución para ayudarlas a superar estos insucesos.
Este caso es para que sea rechazado de plano por todos los vallenatos y costeños, con el propósito que esto no vuelva a suceder en nuestra región. Las autoridades, todas: judiciales, policivas, Comisarias de Familia, Icbf, también docentes deben estar oídos prestos a escuchar a menores que puedan estar padeciendo esta situación o que se la estén proponiendo por padres, familiares, u otros y actuar con la máxima diligencia.
Concluyendo: a las niñas, a los niños, la mayor atención posible, no son el futuro, son el presente y ese presente con su entorno que viven debemos procurar respetarlo, para que se aproximen a un mejor futuro.