Desengañadas las madres comunitarias

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Luego que se adelantara un paro nacional por las madres comunitarias en el año 2013, que culminó con un acuerdo firmado por el Ministro del Interior y el Director del Icbf y posteriormente con la aprobación del presupuesto general de la nación para el 2014, donde el Ministro de Hacienda se comprometió a contratarlas a término indefinido con las correspondientes prestaciones sociales de Ley a partir del 1° de enero, se sienten desengañadas las madres comunitarias,

ya que el Gobierno Nacional el año anterior las ilusionó con anuncios prometiéndoles estabilidad laboral pero hoy manifiesta que el contrato será a término fijo por un año, situación que ni siquiera es cierta, porque además de cambiar los términos, las madres comunitarias denuncian que las están contratando solo hasta el mes de septiembre de este año; es una muestra completa de falta de seriedad del Gobierno Nacional y del Icbf a lo pactado o ya convenido.

El Gobierno Nacional con un amague, gambeteando ha cercenado ilusiones, esperanzas aproximadamente a 78 mil mujeres que esperaban que se cumpliera lo expresado, mejor ordenado por la Corte Constitucional, pero no fue así.

La Corte Constitucional le ordenó al gobierno colombiano que se debe pagar un salario mínimo legal vigente a las madres comunitarias que trabajen de tiempo completo el programa de hogares comunitarios del Icbf.

Otorgar otra retribución económica inferior al salario mínimo legal a una alternativa laboral que consiste en desarrollar actividades asociadas tradicionalmente al sexo femenino implica, no solo obtenerse de cambiar, sino reforzar el patrón socio - cultural según el cual estas tareas tienen poco o ningún valor económico y social y en todo caso merecen un pago, el determinado y ordenado por la Corte Constitucional al Gobierno Nacional para que se cumpliese.

El alto Tribunal sopesó, consideró que la labor de las madres comunitarias debe ser reconocida en sus derechos laborales.

Las madres comunitarias surgieron como una necesidad de suplir a padres y madres bilógicos que tenían que salir a buscar su sustento diario y carecían de sitios para dejar a sus hijos. Extraordinaria idea la que originó ese nombre y que la comunidad las requería continuamente. Estupenda, admirable la ley impulsada por el Movimiento Mira que las reconoce y favorece ya no con subsidios, sino con un salario, correspondiéndoles a esa valiosa labor.

Las madres comunitarias deben poseer visión, misión y gestión incondicional, capacidad de servicio, ejemplar hoja de vida, modelo de la sociedad con amor, pasión, entrega. El Estado dentro de su nueva propuesta debe fortalecer, robustecer el rol de las madres comunitarias que va a pasar de un oficio a un estándar profesional; ellas son sin dudarlo un instante, un apoyo fundamental que el Estado debe brindarle a esas familias colombianas de escasos recursos, que tienen hijos, de población vulnerable que están en el rebusque diario para poder subsistir.

Extraordinaria la labor que desarrollan las madres comunitarias, que han aprendido con el tiempo a cuidar, soportar niños ajenos, han aceptado ese desafío y se han convertido en referentes de su comunidad.