Impartida justicia compartida

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Sí, así es, ya se impartió justicia compartida, pero ¡que justicia!. A una madre cabeza de familia le tocó acatar un fallo judicial donde su agresor, su propio marido, condenado por violencia intrafamiliar contra ella y una niña de 14 años que tienen, residan en la misma vivienda.

Concretamente a este individuo le otorgaron detención domiciliaria por el delito ya referido, en la misma casa donde sucedieron los hechos. ¿Qué tal esto?, como para que se siga perpetuando el delito, insólito, pero esa es la justicia aplicada.

La violencia intrafamiliar es el poder desmedido ejercido de manera arbitraria por algún miembro de la familia sobre otro; este abuso se ve representado por el maltrato verbal, psicológico, físico, sexual o de cualquier otro tipo, que sean repetitivos.

En el año 1996, sale al panorama jurídico la ley 294, para desarrollar el artículo 42 de la carta política y prevenir y sancionar la violencia intrafamiliar, a efecto de asegurar a la familia armonía y unidad.

Es ilógico, cómo van a ordenar al delincuente y a la afectada que vivan bajo el mismo techo; en riesgo están la hija y la madre, es solo un caso de miles de mujeres maltratadas en Colombia, que acuden a la justicia y no encuentran respuesta alguna. En qué planeta viven y qué estarían pensando esos administradores de justicia familiar que tomaron ésta decisión, fallo por demás alejado de lo que expresa la norma protectora para estos casos.

Cuando el maltrato revista gravedad y se tema su repetición, el Juez ordenará una protección especial para la víctima. ¿Pero aquí qué pasó?, que tal agresor y agredida bajo el mismo techo, es algo que no tiene argumentos, seguirá el caso en las mismas y podrá desencadenar más violencia y este caso, la del marido condenado que la ejercerá.

No creo que sea el único caso que se presenta en Colombia, claro que existen muchos más y los organismos de control dónde están, ¿Por qué no actúan? Deben hacerlo lo más pronto posible antes que ésta situación se vuelva irremediable. Al parecer se puede estar adentrando en el campo del delito de prevaricato.

Se debe rechazar, reprochar desde todo punto de vista, no aceptar y menos por la ofendida el caso al que nos estamos refiriendo.

Considerando que el agresor no tiene autocontrol y actúa impulsivamente a cometer esta conducta y más si tiene cerca a su víctima o posible víctima llegaría a un efecto tracto- sucesivo; situación que debieron tener en cuenta los administradores de justicia al fallar.

El hombre y la mujer pueden ser responsables de este delito; el hombre maltratando físicamente, la mujer excepcionalmente, también lo hace de manera psicológica, pero es mayor la violencia que genera el hombre.

Concluyendo, una generación que reciba violencia intrafamiliar ¿Qué podrá dar, si no es lo mismo? Tenemos que reforzar afectivamente el núcleo familiar, dotémonos de inteligencia y capacidad para resolver esos problemas que se pueden presentar. Aprovisionémonos de vehículos conductores que nos lleven a comportamientos diarios, constantes de no a la violencia; la violencia es el fin de uno de los dos contendores. A erradicar impulsos agresivos de nuestras mentes para que no sean ejecutados.